Horacio Rodríguez Larreta y sus aliados de Juntos por el Cambio se reunieron en un almuerzo en la planta baja de la sede gubernamental de la calle Uspallata. La discusión por las PASO, que instaló el Gobierno a raíz de su intención de postergarlas, y el manejo de la pandemia, de cara a la posibilidad de nuevas restricciones, fueron los ejes del encuentro. “Es muy importante tener alineado el frente interno”, resumían cerca del jefe comunal.
Según Perfil, hubo coincidencia entre los tres integrantes de la mesa nacional que almorzaban: la idea central es que haya una posición unificada del frente opositor, sin grietas y con un alineamiento total a lo que se decida en esa mesa. Además de Larreta, este fue el pensamiento del titular de la Coalición Cívica, el “lilito” Maximiliano Ferraro y del senador radical Martín Lousteau. “Sin individualidades”, se escuchó de boca de uno de los comensales. Algunos lo miraron a Lousteau cuando se planteó esa idea, pero nadie dijo nada.
También, otra cuestión clave: que las PASO se den como desde 2009, sin ley de Lemas ni modificando el espíritu ni el modelo electoral que rige hoy para el país. Menos aún, por supuesto, su eliminación, como se habían tentado en un sector importante del oficialismo y cuya idea prendió en los gobernadores, incluso en los radicales.
Además, una de las cuestiones que se planteó es que las elecciones deben dar “certidumbre”. Con lo cual, la evaluación que se realizó es que, si la pandemia lo requiere, cualquier instrumento que se le dé al Gobierno para posponer la fecha del 8 de agosto (convocada para las primarias) no implique ningún margen de discrecionalidad para que el Frente de Todos pueda mover a su antojo las fechas. “No hay que abrirle al Gobierno un ventana de discrecionalidad”, se planteó en la mesa.
En ese marco, Lousteau y el diputado nacional de la UCR, Emiliano Yacobitti, quien también fue otro de los invitados, refrescaron el proyecto que Carla Carrizo y el propio Yacobitti habían presentado en la Cámara Baja donde, entre otras cuestiones, permite acotar el tiempo entre las PASO y la elección general.
Larreta se mostró convencido en que la Ciudad podría sortear la segunda ola de la “mejor manera posible”. En ese marco, Diego Santilli, el jefe de Gabinete, Felipe Miguel y el secretario General, Fernando Straface brindaron datos sobre el avance del plan de vacunación, la incidencia de las UTI (Unidades de Terapia Intensiva) y las medidas que se analizan a futuro. En concreto: que no estaban dadas las condiciones para un confinamiento, que las UTI estaban en el orden del 37%, lejos aún del colapso sanitario y que se iba a priorizar sostener la economía.
En ese marco, según fuentes larretistas, hubo un fuerte respaldo al concepto general que se empezará a escuchar cada vez más cuando los funcionarios porteños defiendan que no haya mayores restricciones: “bienestar integral”. Esto supone unificar el cuidado de la salud con el trabajo, el bienestar emocional y psicológico y el cuidado ante la pandemia.
En este contexto, también se habló de la estrategia para acelerar la vacunación de los mayores de 70 y la idea de poder abrirla a mayores de 60 en la medida en la que sigan llegando vacunas a la Ciudad de parte de Nación.
A diferencia de la última reunión, hace tres semanas de manera virtual, esta vez participaron casi todos los integrantes de JxC en la Ciudad. Los lunes vienen siendo el día elegido hace meses ya.
También participaron el secretario General del Pro, Eduardo Macchiavelli, el ministro de Gobierno porteño, Bruno Screnci y el vicepresidente de la Legislatura porteña, Agustin Forchieri. Entre los aliados, se sumó la diputada Paula Oliveto, de la CC, el legislador socialista, Roy Cortina y el jefe del bloque Vamos Juntos, Diego García Vilas.
Solo estuvo ausente, con aviso, Graciela Ocaña, aunque estuvo representada por García Vilas, un dirigente de su extrema confianza. De manera virtual solo estuvo el presidente del Banco Ciudad, Guillermo Laje, primo de Lousteau, quien tuvo el privilegio de ver a todos desde su pantalla gigante.