El diputado nacional Carlos Alberto Vivero (Frente de Todos) protagonizó la semana pasada una discusión con tintes barriales con el legislador de Juntos por el Cambio, Fernando Iglesias, que incluyó primero una discusión “subida de tono”, sostenida en los pasillos del palacio legislativo y luego algún empujón.
Vivero, que podría recibir una sanción por su comportamiento, buscó dar vuelta la página al episodio y se enfocó en la situación sanitaria y la crisis económica y defendió las nuevas restricciones que impulsa el gobierno de Alberto Fernández para contener la segunda ola de coronavirus. También apuntó contra la oposición.
-¿Está de acuerdo con las nuevas restricciones para contener la nueva ola? ¿La sociedad puede tolerar otra cuarentena?
-En primer lugar, el cuadro que se presentó con los datos de ayer -más de 20 mil casos- es bastante más complejo que la primera ola. Es el pico más alto que hemos tenido y en pocos días aparecerá el resultado del movimiento turístico de Semana Santa.
Me parece que las medidas son atinadas y atendibles. Hay un contexto mundial y estamos viendo el colapso sanitario en los países en la región. Esto amerita una decisión que afecte lo menos posible el contexto económico, pero que siga priorizando el cuidado de la vida y salud comunitaria.
El esfuerzo que se pueda hacer en dos o tres semanas va a ser determinante para que el sistema de salud no colapse. Y comprendamos también que estamos atravesados por un contexto mundial de una disponibilidad limitada de vacunas. Hay que tratar de extremar los cuidados y es importante que el Estado esté activo y sea protagonista para la toma de decisiones, más allá del costo político que pueda tener la medida.
-¿Coincide con la necesidad de mantener las clases presenciales?
-Está bien, mientas no haya una evidencia cierta más firme respecto del impacto que puedan tener en el nivel de contagio. Además, ayuda a mantener cierto criterio de normalidad. Me parece que las limitaciones nocturnas son más que oportunas, porque donde se dan los principales focos de contagio es en las reuniones sociales.
-Lo expresaron la CGT y las cámaras empresarias. ¿Hay un consenso en torno a que la economía no resiste otro cierre?
-La economía no resiste otro cierre. La situación social de millones argentinos no resiste otro cierre. La pandemia vino a profundizar una situación dramática en términos económicos y sociales que se recibió a partir del desastre macrista. Y hay un criterio de sentido común que aportan las cámaras empresariales, la CGT y los movimientos sociales que no se condice con el nivel de irresponsabilidad y de impunidad que hay en Juntos por el Cambio.
-¿Lo dice por el comunicado en el que la oposición rechazó las nuevas restricciones?
-No solamente son irresponsables e impunes en lo que dicen, sino que no tienen ningún criterio de responsabilidad ciudadana, que no sorprende porque no fueron responsables y no cuidaron a la ciudadanía cuando fueron gobierno. Menos lo van a hacer siendo oposición. Deberían contribuir con cierto criterio de moderación en las declaraciones sobre el cuidado sanitario. Esto lo digo sin desconocer la complejidad de la situación económica y social, pero la prioridad es cuidar la vida humana.
-¿Hubo errores en la campaña de vacunación? ¿Por qué llegaron menos dosis de las que prometió el Gobierno?
-Hay un aprendizaje permanente en este contexto que estamos atravesando. Nadie lo ha pasado antes. Las mismas diferencias que tenemos nosotros para el acceso a las vacunas las están teniendo el resto de los países del mundo, salvo las economías concentradas, que utilizan otro tipo de criterio o elementos de presión para hacerse de vacunas.
La Argentina llevó adelante negociaciones con un claro criterio soberano y de acceso a la máxima cantidad de vacunas posibles. La disponibilidad va siendo obra y decisión también de los laboratorios que las producen. Las últimas semanas vemos que tiende a regularizarse la llegada de vacunas y esperamos que se sigua profundizando para inmunizar a la mayor cantidad de gente posible a fines de mayo.
-¿El Gobierno va a pagar un costo político en las elecciones por el “vacunatorio vip”?
-No, creo que lo que va a gravitar en la agenda electoral de este año es cómo recuperamos la actividad económica en la Argentina. Hay un conjunto de medidas importantes en este sentido, como el proyecto de Ganancias, y otras que esperamos que puedan impulsarse.
La economía y la ampliación del plan de vacunación van a ser ejes importantes. En el oficialismo tenemos la responsabilidad de adelante estas agendas, propiciarles e impulsarlas.
La economía no resiste otro cierre. La situación social de millones argentinos no resiste otro cierre. La pandemia vino a profundizar una situación dramática en términos económicos y sociales que se recibió a partir del desastre macrista.
-¿El oficialismo gana tiempo con la postergación de las PASO?
-Creo que las PASO son una herramienta importante para propiciar la participación de la ciudadanía. Por eso hay que buscar los mecanismos y los métodos y los plazos que permitan realizar las PASO.
-No apoya la suspensión de las primarias.
-No, no estoy de acuerdo con la suspensión. Las primarias son un elemento que se tiene que aprovechar y una herramienta válida para resolver diferencias internas de los distintos espacios, pero sigue primando la cuestión sanitaria. Evaluar una postergación por un mes no sería una mala decisión o, incluso, el planteo de Massa de unificar las PASO y las generales, en una suerte de ley de lemas.
Hemos llevado una propuesta que tiene sentido común y criterio sanitario. Sería un buen acuerdo de todos los sectores políticos poder postergarlas un mes.
-¿Espera una sanción por su agresión a Fernando Iglesias? ¿Qué tiene para decir?
-Hay indignación selectiva en algunos sectores mediáticos y políticos. Una discusión de alto tenor y contenido genera más indignación que el 40% de pobreza en la argentina. Eso nos debería preocupar más que una discusión subida de tono entre dos legisladores. En la discusión en un pasillo del Congreso le recriminé el nivel de violencia sobre las mujeres y la permanente provocación contra nuestra conducción.
Fue una discusión subida de tono que terminó con un pequeño empujón cuando me retiré. Lo que determine la comisión que se ha constituido al efecto de analizar mi caso, está más que bien para mí.