No hay tregua en esta guerra, porque no de otra manera se puede llamar a las circunstancias que rodean a esta pandemia. Además, es la pesadilla de los políticos, ya que no habrá tampoco buenas nuevas y las victorias serán escasas hasta que todo termine, para lo cual los ciudadanos deberán de armarse de templanza y responsabilidad.
La única esperanza que embarga a los argentinos es que la suma de las bondades que provean las vacunas construya, finalmente, una normalidad que se puede entrever que no será total hasta dentro de un largo tiempo.
Aquella buena nueva que significaron las primeras vacunas, que llegaron a la Argentina en los días de la última Navidad, se ven empañadas hoy, apenas tres meses después, por esta segunda ola del Covid-19 que azota al país. Pareciera que un dios malvado nos entregara primero una esperanza, para inmediatamente asestar un golpe devastador que la postergue.
Es un acto de responsabilidad de los dirigentes políticos prometer solamente, como hizo alguna vez un líder en circunstancias adversas, hace muchos años que dijo que “no tengo otra cosa que ofrecer sino sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor”. Aunque sea impolítico.
Lo único que es seguro que no se puede hacer en estos días es cuestionar las medidas de aislamiento y distanciamiento social. Las restricciones son imprescindibles en estos cuando las vacunas son escasas y las infecciones, abundantes. La oposición debe ser responsable, porque no todo vale en política. Es muy fácil hablar de la libertad desde una torre en Recoleta mientras los que se mueren son los demás.
Una pandemia persistente
Cuando todo comenzó, en las postrimerías del año 2019, nada dejaba entrever lo que vendría. En realidad, se sabe que los virus mutan para sobrevivir. Como ejemplo, sirve el de la vacuna de antigripal, que debe ser suministrada todos los años a los adultos mayores, precisamente por eso. Porque el virus muta, cambia, todo el tiempo. Las cepas evolucionadas del virus original, surgidas en Kent (Inglaterra), Manaos y Sudáfrica son una muestra.
La diferencia entre los virus de la influenza y el Covid-19 es que éste es muchísimo más contagioso y -se va descubriendo de a poco- deja secuelas más graves entre los infectados, que pueden ser respiratorias, neurológicas, cardíacas y hasta en la capacidad de las personas para practicar el sexo.
En realidad, aunque todos hablen de una segunda ola por estos días, los argentinos ya estamos transitando al menos por la tercera o la cuarta. Lo cual no importa demasiado, porque lo que importa es la manera de frenar los contagios. El ejemplo del presidente, que se infectó aun estando vacunado, es claro. Esto demuestra que tan importante como la vacunación es que cada uno de los argentinos extreme los cuidados, las distancias, el lavado de manos, los encuentros al aire libre y el cubrebocas.
Éstas son algunas de las principales lecciones que dejó hasta ahora el combate contra el invencible –hasta el momento- microbio.
Medidas para paliar el ataque
Finalmente, el presidente Alberto Fernández anunció las medidas que se tomaron para intentar un paliativo contra el ataque del taimado enemigo viral.
El primer mandatario advirtió que “no me gusta que se haga política con la pandemia”, agregando que “sólo en los últimos siete días los casos aumentaron un 36% en todo el país y un 53% en el AMBA”, deduciendo que, indudablemente, “la Argentina ha entrado en la segunda ola”.
Adelantando que su actitud seguirá siendo la misma que asumió al iniciarse la pandemia, aunque con algunos cambios, Fernández expresó que “en estos meses queremos cuidar la salud, cuidar la recuperación económica y cuidar todo lo que sea posible la presencialidad en las escuelas”.
Entrando de lleno en lo que vendrá, el presidente dijo que “hemos adoptado diversas medidas que regirán para todo el país y otras más específicas, que alcanzarán a zonas con mediano y alto riesgo epidemiológico y sanitario”.
Previendo los cuestionamientos que llegarán, Fernández manifestó que “como presidente de la Nación tengo la responsabilidad política de tomar las riendas y seguir conduciendo al país, pero en estas circunstancias prima mi condición humana, que me obliga a cuidar la vida y la salud antes que nada”.
Poniendo por delante su propia condición, el presidente sostuvo que “me ha tocado atravesar personalmente una experiencia que muestra cuán importante es la vacuna”, por lo que exhortó a que “unidos y unidas, redoblaremos los cuidados y la vacunación en los próximos meses”.
Las medidas que anunció el mandatario argentino, que regirán en principio entre el nueve y el 30 de abril, fueron:
1) Se suspenden los viajes grupales de Egresados y Egresadas, de Estudio y de Grupos Turísticos.
2) En las zonas del país consideradas de mediano riesgo epidemiológico y sanitario es facultad y responsabilidad de gobernadores y gobernadoras adoptar en forma temprana medidas que disminuyan la circulación para prevenir los contagios. Ello es así, pues es del resorte exclusivo de las provincias el monitorear y hacer cumplir cualquier medida restrictiva de la circulación.
3) En las zonas del país donde hay mayor riesgo epidemiológico y sanitario, se tomarán además las siguientes medidas:
a. Se suspenden actividades sociales en domicilios particulares.
b. Se suspenden reuniones sociales en espacios públicos al aire libre de más de 20 personas.
c. Se suspenden actividades de Casino, Bingo, Discotecas o cualquier salón de fiestas.
d. Se suspende la práctica recreativa de cualquier deporte en lugares cerrados en los que participen más de 10 personas.
e. Se establece el cierre de los bares y restaurantes a partir de las 23:00
f. Se prohíbe la circulación entre las 00.00 y las 06.00 de la mañana de cada día. Según las jurisdicciones, las autoridades podrán sólo ampliar estos horarios en función de las especificidades de cada lugar.
4) Específicamente, en el AMBA sólo podrán usar el transporte público de pasajeros trabajadores considerados esenciales, toda la comunidad educativa y aquellos que ya fueron expresamente autorizados.
Anteriormente, la ministra de Salud, Carla Vizzotti sostenía que “Argentina tiene la ventaja de haber sostenido la vacunación antes de que empiecen a aumentar los casos, esto no resuelve el problema, pero es alentador en relación a lo que significa tener una tasa muy alta del personal de salud vacunado”.
Luego destacó que hasta ahora “un 90 por ciento del equipo de la salud recibió una primera dosis de la vacuna” antiviral y que un “60 por ciento ya tiene la segunda dosis”.
Finalmente, la ministra señaló que el sistema de salud argentino “se ha fortalecido desde que comenzó la pandemia”, aumentando “un 50 por ciento la cantidad de camas y un 60 por ciento los respiradores”.
En realidad, aunque todos hablen de una segunda ola por estos días, los argentinos ya estamos transitando al menos por la tercera o la cuarta. Lo cual no importa demasiado, porque lo que importa es la manera de frenar los contagios. El ejemplo del presidente, que se infectó aun estando vacunado, es claro.
Respirar se hace difícil, a veces
Al principio hablamos de guerra. Para explicar el término, nada mejor que poner ejemplos.
El 20 de abril de 2020, el presidente estadounidense Donald Trump confiscó 60 respiradores que se encontraban en tránsito por su país con destino a Paraguay, que habían sido donados por el estado de Taiwán.
En esos momentos, en EE.UU. había 188 mil contagiados por Coronavirus y habían muerto 3.882 personas. Estaban muy lejos de una crisis sanitaria, pero preveían que poco después ésta se produciría.
Por el contrario, hace apenas unos días, el 27 de marzo último, los diarios uruguayos anunciaban con cierto alborozo, la llegada a Montevideo de un avión Hércules de la Fuerza Aérea de ese país de 80 respiradores fabricados en Córdoba por la empresa Tecme.
Esto no quiere decir que, si una crisis extrema se produjera, el Estado argentino no pueda tomar medidas igualmente extremas, pero marca una actitud diametralmente opuesta a la del opulento Estado norteamericano, tan glotón con sus propiedades y tan dispuesto a tomar lo que desea de los demás sin pedir permiso.
Hubo miles de ejemplos de esta actitud por parte del gobierno del país del norte, que incluso afectaron alguna vez a nuestro propio país, como cuando Trump ordenó confiscar en Bangkok un avión que cargaba con mascarillas marca 3M, entre las que había un lote destinado a Argentina y otros destinados a Alemania.
El senador de Berlín Andreas Geisel se quejó en aquel entonces –el rapto de las codiciadas mascarillas se produjo el tres de abril de 2020- argumentando que “los métodos del ‘Salvaje Oeste’ no deberían aplicarse incluso en tiempos de crisis global”. Eso sí, como buenos paradigmas del capitalismo, los norteamericanos pagaron al contado el cargamento.
En Andalucía siguen los “cierres perimetrales”
El mismo día en que cerraba esta publicación –siete de abril-, el comité de expertos de Andalucía recomendaba seguir implementando los “cierres perimetrales”. Para situar en su justo término la magnitud de sus medidas, es necesario informar que esta comunidad autónoma tiene 8.464.411 habitantes y este miércoles sufrió 1.767 contagiados y 38 muertos.
¿La razón de esta decisión? Por supuesto, es la expansión de los casos de Covid-19, pero poniendo énfasis en que la cobertura vacunal en el grupo de 65 a 79 años “aún no es el deseable”.
La decisión incluyó el mantenimiento de estos cierres en la Comunidad Autónoma de Andalucía y en cada una de sus ocho provincias, que son Almería, Cádiz, Córdoba, Granada, Huelva, Jaén, Málaga y Sevilla.
Los cierres de la actividad correrán entre las 23:00 y las seis de la mañana y se limitaron las reuniones a seis personas al aire libre y cuatro en espacios cerrados, como bares y hoteles. Además se restringió la movilidad en los municipios que superen los 500 casos cada 100 mil habitantes en los últimos 14 días. Mientras tanto, se aplicará el nivel de Alerta 4-Grado 2 (cierre de todas las actividades no esenciales) en los municipios que cuenten con mil casos cada 100 mil habitantes en las últimas dos semanas.
JxC: Firmar contra el aislamiento, pero practicarlo
La conducción del Pro se reunió en Palermo el martes último y emitió duras declaraciones, contrarias a las medidas de restricción de la movilidad que se disponía a tomar el Gobierno nacional.
La particularidad fue que en esta ocasión el cónclave se realizó de manera presencial y una de las primeras consecuencias fue que al día siguiente, Mauricio Macri debió aislarse preventivamente luego de que el diputado Alex Campbell diera positivo de Coronavirus por segunda vez. El legislador bonaerense se sentó en algún momento al lado de Macri y fue llamativo el desdén de ambos por las consecuencias de sus actos, ya que se veían sin barbijo.
Hasta el momento de realizarse el encuentro, aún no se sabía cuáles medidas iba a dictar el presidente de la Nación, además de que ese mismo día se contabilizaron 20.870 nuevos contagios. La comunicación oficial de este último dato se produjo minutos antes de la culminación del encuentro.
En un comunicado de prensa, los integrantes de la conducción opositora manifestaron que “nos parece particularmente preocupante que frente al fracaso de la estrategia sanitaria del gobierno nacional la respuesta repetida sea insistir con restricciones excesivas y mal calibradas”.
Luego, los dirigentes opositores expresaron que “estamos convencidos de que debemos defender la mayor normalidad posible, que implica garantizar el derecho a la educación, el trabajo y el ejercicio de las libertades fundamentales”.
Los firmantes del documento redactado por la mesa nacional de Juntos por el Cambio fueron Mauricio Macri, Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal, Miguel Ángel Pichetto, Gerardo Morales, Rodolfo Suárez, Gustavo Valdéz, Alfredo Cornejo, Maxi Ferraro, Mario Negri, Juan Manuel López, Cristian Ritondo, Maricel Etchecoin, Martín Lousteau, Humberto Schiavoni y Luis Naidenoff.
Otra curiosidad que fue posible comprobar tras el cónclave fue que el gobernador correntino Gustavo Valdéz firmó su disconformidad con el aislamiento que se suponía que iba a plantear el Gobierno nacional, pero ni bien llegó a su provincia firmó también el aislamiento en Fase 3 del municipio de La Cruz, en el que se habían producido 92 casos en los últimos dos días.
Al mismo tiempo, los intendentes PRO de Olavarría, Ezequiel Galli y de La Plata, Julio Garro debieron tomar medidas para paliar la invasión del Coronavirus.
Galli fue interrogado acerca de algunas medidas restrictivas y respondió –aludiendo al comunicado de Juntos por el Cambio- que “yo priorizo el no colapso del sistema de salud de mi ciudad”.
Por su parte, Garro decidió restringir el horario de funcionamiento de los comercios que no sean de comida al lapso comprendido entre las 9:00 y las 19:00, mientras que bares y restaurantes cerrarán entre las 0:00 y las 6:00. No sólo eso, está pensando en peatonalizar los centros comerciales durante los fines de semana.
Como anticipara el líder chino Mao Zedong, esta pugna guarda todas las características de su teoría sobre la guerra popular y prolongada.