Bajo el asfalto, la izquierda está unida y arrasa. Tal como anticipó NOTICIAS URBANAS, el Cuerpo de Delegados del Subte ganó en siete de los ocho lugares en los que se disputó este viernes la representación gremial de los trabajadores de Metrovías. Perdió en el taller Los Polvorines, aunque algunos de los gremialistas de base confían en que no responderán a la UTA los delegados electos allí.
Durante el transcurso del día la atención de los delegados se centró en la estación Río de Janeiro, donde tenían que votar los trabajadores de la línea "A". Por la tarde, una escribana pública le pidió al presidente de mesa, de la UTA, que se identificara y le entregara copia del padrón, pero éste se negó y la mujer labró un acta sobre lo sucedido. Luego, de 17 a 19, el comicio quedó paralizado y alrededor de las 21 -hora de cierre de la elección- hubo algunos forcejeos hasta que del conteo surgió ganador el Cuerpo de Delegados.
En tres de los siete lugares donde ganaron los gremialistas de base lo hicieron porque la UTA no había presentado lista. Así, en la línea "C" se proclamaron delegados Abel Fernández, Julio "Ciego" Silva Sosa y Leonardo "Tano" Gervasi; en la línea "D", Antonio Morales, Néstor Etcheto y Walter Varela; y en los talleres Constitución y Canning, Néstor Segovia y Andrés Fonte.
En tanto, el Cuerpo de Delegados del Subte –también autodenominada Nueva Comisión de Interlíneas- metió en la línea "A" por cien votos a Jorge "Facha" Méndez, Manuel Compañez, Roberto Borja y Oscar Arturo; por 134 a 113, en la línea "B", a Claudio Dellecarbonara, Carlos Taborda y Roberto Fernández; por 161 a 42 en la "E" a Fabián Díaz, Marcelo Villavicencio y Roberto "Beto" Pianelli; y en el taller Rancagua a Carlos "Charly" Pérez, por 42 a 14. Por 40 votos, los gremialistas de base perdieron dos delegados en el taller Los Polvorines.
Durante el período en que se reagrupó la Comisión de Interlíneas -que retoma el nombre de la agrupación destruida por la última Dictadura Militar-, se declaró insalubre el trabajo bajo tierra -tal como lo había dispuesto Juan Domingo Perón en su primer mandato y anulado Carlos Menem con la privatización del subte-; y se dispuso una jornada laboral de seis horas para quienes ya la tenían antes de la llegada de Jorge Rafael Videla al poder y para aquellos sectores que nunca la habían tenido -Premetro y talleres de Los Polvorines y Bonifacio-. También lograron un aumento de 250 pesos de sueldo -a diferencia del acuerdo entre la UTA y Metrovías, que reducía a la mitad este monto-; ascensos masivos en los sectores Boleterías, Tráfico, Material Rodante e Instalaciones Fijas; y la generación de 500 puestos de trabajo.