Este jueves a las 19 se reúne el Tribunal de Conducta del radicalismo porteño para comenzar a analizar los pedidos de expulsión partidaria de Fernando de la Rúa. Estos habían sido presentados por varias figuras de la UCR Capital en el mes de diciembre, después de que se registraran los sangrientos sucesos que determinaron su renuncia como Presidente de la Nación.
A De la Rúa se lo acusó de "engañar a la sociedad por el no cumplimiento de sus promesas electorales"(vinculado a esto se destaca la inclusión de Cavallo en el gabinete) y "por la represión desatada los días 19 y 20 de diciembre".
El pasado lunes el Cuerpo de Delegados del Comité de la Capital aprobó, por 42 votos a favor y 32 en contra una moción que solicitaba la expulsión del partido del ex presidente. Sin embargo, esto no tiene ningún valor legal, ya que este cuerpo no tiene atribuciones para juzgar. Se trató -así lo asumieron fuentes ligadas al "Ateneo del Centenario" y "Futuro", las dos corrientes que impulsaron la medida- de un gesto simbólico para presionar políticamente al comité disciplinario para que trate el tema y dictamine a favor de la expulsión de De la Rúa.
Conocido el resultado de la votación, el presidente del tribunal, Edelmiro Solari Irigoyen, decidió adelantar la fecha en la que se comenzará a debatir la suerte del ex presidente, en un principio prevista para el 6 de marzo. Esta actitud despertó las sospechas del legislador porteño Héctor "Tom" Costanzo, quien, junto con Javier Lebenas -presidente de la sección séptima del radicalismo de la Capital- había presentado uno de los pedidos de expulsión.
"Espero que no sea una jugarreta del delarruismo para patear la fecha del tratamiento para dentro de tres o cuatro meses, aprovechando la falta de quórum porque muchos integrantes están de vacaciones", manifestó Costanzo a NOTICIAS URBANAS.
El legislador sostuvo que su propuesta inicialmente incluía el pedido de expulsión del ex secretario de Seguridad, Enrique Mathov y del ex secretario de Interior, Lautaro García Batallán. También le solicitaba al radicalismo cordobés la expulsión del ex ministro del Interior, Ramón Mestre. Sin embargo, finalmente se aunó junto con la propuesta de otro diputado porteño radical, el vicepresidente primero de la Legislatura, Cristian Caram, que solamente pedía la expulsión de De la Rúa.
Por su parte, Daniel Bravo (también legislador porteño por la UCR) compartió las suspicacias de Costanzo respecto de un posible aplazamiento del dictamen del tribunal. "Es muy probable que finalmente suceda eso", afirmó Bravo a NOTICIAS URBANAS. "El día lunes -relató- pedí que renunciaran a los cargos partidarios todos los que estuvieron vinculados con De la Rúa. Por ejemplo Silverio Fernández Gaido, el presidente del Comité Capital, que fue su fiel escudero durante la gestión presidencial, o Solari Irigoyen, que justamente es el presidente del tribunal de conducta. Lamentablente la medida no prosperó y ahora es como dejar al zorro libre en un gallinero".
También coincidió con Costanzo al decir que "habría que expulsar también a Mathov y García Batallán", y agregó a la lista a "Darío Richarte (ex secretario de inteligencia de la Nación) y a todos los operadores del grupo sushi".
LA PAJA EN EL OJO AJENO
La medida de impulsar la expulsión fue duramente cuestionada por los integrantes de "Participación", la corriente que responde a De la Rúa. Los diputados delarruistas Fernando Caeiro y Jorge Enríquez afirmaron que esa "no es la solución" para hacer frente a la crisis que atraviesa la UCR.
Por su parte Enríquez criticó la resolución del Comité de la Capital y la calificó de "show mediático". Sostuvo que ningún afiliado ni el cuerpo de delegados puede pedir la expulsión de un correligionario porque "no pueden actuar como fiscales". Según afirmó, "solamente pueden solicitarle al tribunal disciplinario que juzgue si la conducta de un afiliado responde a los principios del partido". También explicó que es el tribunal el encargado de dictaminar la sanción respectiva y que luego el Comité Metropolitano es el organismo que debe hacerla efectiva.
Lo que ambos diputados sostienen es que De la Rúa no debe ser el chivo expiatorio y que el radicalismo entero debe someterse a una profunda autocritica.
Según Caeiro "hubo dirigentes que hablaron en contra pero que finalmente votaban las medidas". Cuando se le pidieron precisiones al respecto le apuntó directamente a Leopoldo Moreau, acérrimo enemigo de De la Rúa, que también impulsa un expulsión.
Por su parte Enríquez calificó de "talibanes" a los promotores de la medida y afirmó que deberían dar cuenta de sus acciones durante la gestión del ex presidente. "El radicalismo -concluyó- fracasó en el gobierno como partido y debe pedir disculpas a la sociedad, pero no hay que hacer una caza de brujas, porque quisiera saber qué hicieron los que ahora juzgan. Buscan la paja en el ojo ajeno y no ven la viga en el propio".
