El último informe de la consultora Giacobbe & Asociados arrojó números sorprendentes acerca de los efectos generados por la crisis económica del coronavirus. Según indicó la encuesta realizada entre el 26 y 28 de abril a 2.500 dispositivos móviles, la segunda ola fue un golpe duro para el bolsillo de los argentinos y un 65% dice que sus ingresos cayeron más de la mitad por la cuarentena.
El cuestionario con preguntas abiertas y cerradas tiene un margen de error del +/- 2%.
Al ser consultados sobre en qué medida se vieron afectados sus ingresos durante la cuarentena por la pandemia del coronavirus, en un contexto de nuevas restricciones para frenar la segunda ola del Covid-19, 65% dijo que sus ingresos cayeron más de la mitad.
Sólo un 14.9% aseguró que sus ingresos “no se vieron afectados” en el aislamiento, 18.3% dijo que bajaron un 25%, el 25.8% de los encuestados afirmó que cayeron hasta la mitad, el 20.4% expresó que se derrumbaron un 75% y el 19.7% señaló que se quedó sin ingresos.
“85% de los encuestados indica haber perdido ingresos durante la cuarentena. La mayor parte (25.8%) admite haber perdido la mitad. Los datos resultan muy dolorosos. Casi el 20% indica que se ha quedado sin nada”, opinó el director de la consultora, Jorge Giacobbe.
De esta manera, ante la hipótesis de qué harían si el Gobierno decide que se vuelva a Fase 1, 41.9% afirma que respetaría la decisión del Ejecutivo, mientras que 38.8% aseguró que no respetaría una cuarentena absoluta.
“Agotados y descreídos, los argentinos temen y esperan que en algún momento el presidente vuelva a echarles la culpa de ser niños rebeldes, y dictamine una cuarentena FASE 1. Casi por partes iguales la sociedad se divide entre quienes dicen (reitero: “dicen”) que respetarán o no respetarán las medidas”, manifestó Giacobbe.
Y en el sondeo se observa que las proyecciones y esperanza en aspectos generales para el futuro inmediato tampoco son buenas. Sólo un 13.2% dijo que el año 2021 va a ser mejor que el 2020, el 21.8% opinó que va a ser igual, mientras que 57% tiene una mirada pesimista sobre lo que se viene y afirmó que el 2021 va a ser peor que el 2020.
“El nivel de irritación y de fastidio puede explicarse en que la mayoría se prepara para que este año sea peor (57%) que el anterior, que ya era para olvidar. Solo el 13.2% de los argentinos posee alguna estructura psíquica, situación personal o ataque de optimismo que le permite pensar que el 2021 será mejor”, aseguró Giacobbe.
En cuanto a qué sectores deberían estar abiertos o cerrados, parques y plazas, gastronomía y escuelas son los más elegidos para que se mantengan abiertas, mientras que las opciones casinos y bingos e iglesias y templos están en la mirada opuesta.
Frente a la consulta de que “mas allá de su opinión personal. ¿Qué opinan sus hijos respecto de la escuela?”, 47% de los encuestados dijeron que quieren tener clases presenciales, 16.6% que prefieren clases virtuales, mientras que 32.3% no tiene hijos.
“Es brutal la diferencia de padres que indican que sus hijos desean tener clases presenciales (47%) contra los que indican que desean tener clases virtuales (16.6%). Estos datos van dedicados a las voces que han sostenido que los niños están contentos con esta situación porque se los asume, per se, unos pequeños pillos atorrantes intentando evadir sus responsabilidades”, dijo Giacobbe.