El jueves, algunos medios advirtieron sobre una supuesta investigación de la revista científica The Lancet acerca de deficiencias en la presentación de los datos de Fase 3 de la vacuna desarrollada por el Instituto Gamaleya. Ese artículo da cuenta de “errores” e “incoherencias” en los datos presentados por Rusia.
Pero en rigor no se trata de una investigación ni un estudio de campo de la prestigiosa revista sino de un artículo publicado por un grupo de investigadores europeos en la sección “Correspondencia” de The Lancet. “El acceso limitado a los datos dificulta la confianza en la investigación”, dicen sin poner en duda la eficacia si no la transparencia en la información.
“Inicialmente, el resultado primario iba a ser evaluado después de la primera dosis, pero la evaluación se pospuso para después de la segunda dosis. Lamentablemente, el protocolo completo del estudio no se puso a disposición del público, por lo que se desconocen los motivos de este cambio o el ajuste de la tasa de error de tipo I, si lo hubiera”, plantean los investigadores.
Ante esto, el Instituto Gamaleya salió a dar su versión también a través de The Lancet. Allí sostienen que el informe sobre la Fase 3 de la Sputnik “cumple plenamente” las normas “para el suministro de datos de los ensayos clínicos”. Y agrega que sobre esos datos la vacuna fue aprobada por más de 50 países.
Para sostener su posición destacan un estudio realizado en Argentina sobre la eficacia de la vacuna. “Es importante señalar que la seguridad y la inmunogenicidad de la vacuna Sputnik V fueron confirmadas por los investigadores de Argentina, donde se inició la vacunación con Sputnik V”, sostienen.
“Un detalle importante del informe de Argentina es la observación de que la vacunación de personas con antecedentes de Covid-19 condujo a un aumento rápido y significativo de los anticuerpos tras una única dosis de la vacuna”, agregan.
“La seguridad e inmunogenicidad de la vacuna Sputnik V se ha confirmado en múltiples estudios”, concluyen los científicos del Gamaleya.