El Instituto Nacional de Estadística y Censos informó que la inflación de abril alcanzó un 4,1% y acumula un 17,6% en lo que va de 2021. De esta manera, los primeros cuatro meses del año ya superaron la mitad de la meta inflacionaria de 29% que el Gobierno estipuló en la Ley de Presupuesto. De hecho, las proyecciones más optimistas para el año rondan el 45%, lo que implicaría una suba con relación al 36,1% de 2020.
El sector con incrementos más elevados de precios fue Indumentaria (6%), seguido de Transporte (5,7%), Alimentos y bebidas y Equipamiento del hogar (4,3% en cada caso). Por debajo del promedio se ubicaron, Restaurantes y hoteles (3,9%), Salud (3,7%), Bienes y servicios varios y Bebidas alcohólicas y tabaco (3,6% cada uno), Vivienda (3,5%), Educación (2,5%), Recreación y cultura (1,5%), Comunicación (0,5 por ciento).
La dinámica inflacionaria de los últimos meses marcó una aceleración notoria desde octubre, cuando el índice de precios superó el 3% mensual y no volvió a perforar ese piso. Al dato de ese mes (3,8%), le siguieron noviembre (3,2%), diciembre y enero (4%), febrero (3,6%), marzo (4,8%) y el último de abril, de 4,1 por ciento.
En el GBA, el incremento del segmento de alimentos y bebidas en el mes pasado fue del 4,7 por ciento. Por encima de ese promedio se ubicaron pan y cereales (5,7 por ciento), leche, productos lácteos y huevos (9,3), aceites, grasas y manteca (7,9) y café, té, yerba y cacao (7,8). En el desagregado de productos sobresale la suba mensual del arroz blanco (14,2 por ciento), hamburguesas congeladas (13,5), queso sardo (14,2), manteca (18,2), dulce de leche (22,4), aceite de girasol (9,3), vino común (17,9), café molido (8,6) y yerba mate (9,7).
En las carnes se volvieron a registrar fuertes aumentos. El asado subió 2,8 por ciento en el mes y la carne picada común, 4,8. La paleta lo hizo un 4,7 por ciento; el cuadril, 6,8 y la nalga, 4,3 por ciento. El pollo avanzó mucho menos, un 1,9 por ciento, pero el filet de merluza fresco, un 8,7 por ciento.
En los últimos doce meses, el rubro de carnes y derivados acumula un aumento del 64,7 por ciento en GBA, en donde la pobreza supera el 50 por ciento. En el caso de las frutas, el avance anual es del 69,3 por ciento.
El economista del Iaraf, Nadin Argañaraz, indicó: “La inflación es un síntoma de desequilibrios económicos, que hace muchos años no se puede resolver de manera sostenida en la Argentina. Estos niveles de inflación dificultan la recuperación del salario real, que ya lleva cuatro años de caída continua. Hasta marzo los trabajadores informales fueron los más perjudicados con una caída del 24,5%, seguidos por los trabajadores del sector público con un 21,6% y los del privado registrado con un 16%”.