Luego de pasar casi un año ejerciendo un poder acotado por la falta de consenso entre sus correligionarios -en la época más difícil que le tocó soportar al radicalismo- Fernando Caeiro abandonó anticipadamente la presidencia del bloque de diputados porteños.
Su sucesor como presidente de la bancada es el diputado nosiglista Rubén Campos, que desde fines del año pasado que no asistía a las reuniones del bloque que ahora conducirá, en señal de disconformidad por la elección de Caeiro como su superior. Acompañaban a a Campos en esta actitud, los legisladores Jorge Enríquez -hoy cercano a López Murphy- y Daniel Bravo.
La crisis interna del bloque era tan fuerte que ni siquiera habían completado la nómina de autoridades, que el martes fueron, por fin, designadas. Acompañarán a Campos, Jorge Casabé en la vicepresidencia y Elisa Cuitiño en la secretaría general.
En la reunión, en la que los radicales delinearon la estrategia para los próximos tiempos, también decidieron que seguirán apoyando a Cristian Caram para que siga siendo el vicepresidente primero de la Legislatura.
Ante algunas versiones de que esta elección era el producto de un acuerdo entre el nosiglismo y el Centenario, fuentes de este último sector la descartaron de plano. "Fue un acuerdo para que el bloque vuelva a funcionar de manera sólida y tenga mayor cohesión posible ante los desafíos de las decisiones que vienen" explicaron. En los próximos días se resuelven los recambios en las distintas estructuras del poder del Estado porteño.
Respecto de la relación con Ibarra, los sectores mas afines encabezados por Caram y "Tom" Constanzo, aclararon que todavía falta mucho y por ahora sólo estan conversando. Es más, no quieren hablar ni de internas, su deporte favorito. Lo que si quedó claro, que con o sin ella, jugarán la reelección del jefe de Gobierno, al decir de ellos para evitar el triunfo de "la derecha o sea Macri".