Ya falta muy poco para que se produzca la lluvia de meteoros llamada "Gemínidas", cuyo pico de intensidad tendrá lugar a la 1.40 de este jueves.
Lejos de las ciudades, en lugares con cielos oscuros, podrán observarse decenas y decenas de estrellas fugaces a lo largo de la madrugada. Todo a simple vista. En Buenos Aires y otros grandes centros urbanos, la contaminación luminosa opacará parte del fenómeno, pero igualmente valdrá la pena mirar al cielo.
Todos hemos visto “estrellas fugaces”, esas velocísimas trazas de luz que, a veces, cruzan el cielo nocturno de lado a lado.
Lo curioso es que, a pesar de su nombre, de estrellas no tienen nada: son sólo partículas rocosas que entran a la atmósfera, se queman (a unos 80 kilómetros de altura) y brillan.
En una noche común, pueden verse unas pocas. Sin embargo, de tanto en tanto, cuando la tierra atraviesa los “ríos” de polvo dejados por algunos cometas, la cantidad de partículas que caen sobre el planeta es mucho mayor.Y entonces, tenemos una "lluvia de meteoros”.
Hay unas 40 lluvias de meteoros por año, pero la inmensa mayoría son muy débiles. Y en general, la lluvia de meteoros “Gemínidas” suele ser la más rica y confiable de todas (sólo superada por raros episodios de las “Leónidas”).
Se llama así porque parece brotar de la región del cielo ocupada por la constelación de Géminis. Y se origina a partir de partículas provenientes del extraño Phaethon, un cometa muerto. Las “Gemínidas” son estrellas fugaces brillantes y blancas, aunque algunas son amarillas, rojas ó verdes.
¿Cuándo, cómo y dónde observar las Gemínidas?
Cuándo: si bien es cierto que el fenómeno se extiende del 7 al 17 de diciembre, su pico de actividad ocurrirá durante la noche del miércoles 13 al jueves 14, entre las 23 hs y las 4.45 de la mañana, cuando la claridad del crepúsculo ya será muy notoria. De todos modos, puede resultar interesante observar en las noches del martes al miércoles y la del jueves al viernes, en los mismos horarios.
Cómo: estos fenómenos son ideales para ver a simple vista. No hacen falta telescopios ni binoculares, instrumentos que sólo achicarían el campo visual. Hay que ubicarse en un lugar oscuro, a cielo abierto y sin luces cercanas.
Hacia dónde: hay que mirar en dirección Norte y hacia la parte más alta del cielo (el cenit). Por eso conviene recostarse en el piso, o sobre una reposera.