El gobierno porteño debió aprovisionar con cuatro frascos de un estimulante sexual – de efectos parecidos a los del Viagra – a un hombre sin hogar, que habita en un hotel municipal de la zona sur, perteneciente al Programa de los Sin Techo. La medida debió ser adoptada tras conocerse el fallo de la jueza en lo Contencioso Administrativo, Fabiana Schafrick, que se solidarizó con el hombre, acosado por el fantasma de la impotencia.
El medicamento le fue recetado a esta persona – de la que no trascendió el nombre – por un médico del hospital Argerich, que consideró que acabaría con la "disminución de su libido" que un medicamento psicotrópico le había causado.
El gobierno ya le tuvo que entregar cuatro frascos de Sildenafil – así se llama el medicamento – al desventurado, tras una ardua batalla judicial que comenzó a fines de 2000. La jueza Schafrick con su fallo – que no tiene precedentes – le ordenó a las autoridades municipales costearle al señor la ración de las mágicas "píldoras azules" de manera "inmediata", para calmar su mal.
