En septiembre arranca el periodo de rosca en la Corte Suprema de Justicia de la Nación, ya que en esa fecha se vencen los tres años de mandato del actual presidente, Carlos Rosenkrantz, y los supremos deberán definir quién estará al frente del máximo tribunal durante el nuevo periodo de gestión.
En el Palacio de Tribunales el escenario de cara a la acordada se divide entre una disputa que ubica por un lado al actual presidente, y por el otro a las intenciones que tendría Ricardo Lorenzetti de volver. Sin embargo, dice el diario Perfil, en los últimos días surgió el nombre de otro ministro que podría ocupar el cargo: Horacio Rosatti.
Si bien no hay claridad en las fechas, lo concreto es que en las primeras dos semanas de septiembre los cinco ministros de la Corte deberían reunirse para firmar la acordada que tenga el nombre del nuevo presidente. Ese nombre deberá tener el aval de la mayoría absoluta de los ministros del Tribunal, es decir, al menos tres votos a favor.
Por el momento, el escenario de cara a una nueva gestión plantea dos variables. En primer lugar, la “disputa lógica” que apuntan en el edificio de la calle Talcahuano se da entre Rosenkrantz y Lorenzetti, que ya ocupó la presidencia entre 2007 y 2018. No se descarta entonces que el actual presidente busque repetir su mandato por otros tres años aunque sería una batalla compleja después de una gestión en la que no tuvo control de la agenda, principalmente a causa del alcance de la mayoría formada por Horacio Rosatti, Juan Carlos Maqueda y el propio Lorenzetti.
Desde hace varias semanas se desliza públicamente que Lorenzetti también querría disputar la presidencia. El supremo, que llegó en 2004 por medio del ex presidente Néstor Kirchner y del aval del Senado, presidió el cuerpo durante once años e intentó hacerlo durante otros tres, pero solo fue acompañado por Maqueda. En esa “histórica” acordada, Elena Highton de Nolasco le retiró su apoyo y la mayoría automática que conservaba se desarmó.
Con el pasar del tiempo, el esquema de poder se reordenó y recuperó espacio. Junto a Maqueda y Rosatti posicionaron al Rosenkrantz y a Highton como la minoría automática del cuerpo. Ese esquema lo mantiene a Lorenzetti en un terreno que en principio le permitiría sostener su intención de volver. De todos modos, en los últimos días trascendió que no buscaría la presidencia a cambio de enfocarse en su trabajo de defensa del ambiente. Desde su entorno no descartaron que quiera presidir el cuerpo, aunque dijeron al diario Perfil que “no hay nada definido sobre la elección”. Ninguno tiene votos asegurados.
En el entorno de Carlos Rosenkrantz mantienen en un estricto silencio, sobre la posibilidad de que busque permanecer en el cargo, mientras que otros sostienen que “todavía los ministros no hablaron formalmente del tema”.
El otro escenario que comenzó a mencionarse desde fines de la semana pasada en la sede del Máximo Tribunal fue que un tercero sea elegido como nuevo presidente de la Corte. Se trata de Horacio Rosatti, aliado y coprovinciano del santafesino Lorenzetti, que llegó al Tribunal, al igual que Rosenkrantz, gracias al cuestionado decreto del ex presidente Mauricio Macri que luego fue refrendado por el Senado.
Rosatti fue intendente de Santa Fe y también ministro de Justicia durante el gobierno de Néstor Kirchner. Junto con Lorenzetti y Maqueda, estuvo a favor de recortarle las funciones administrativas al presidente del Tribunal. A un par de meses de que Rosenkrantz asumiera, el trío decidió que las designaciones o renuncias de empleados, así como las renovaciones de contratos, se deben adoptar por medio de una mayoría de tres jueces, recortándole el poder al titular del cuerpo.
La lista de posibles presidenciables termina ahí. Ocurre que hace algunos días se conoció un proyecto de ley que presentaron los diputados Cristian Ritondo (PRO) y Emiliano Yacobitti (UCR) para regular la presidencia de los supremos con la puerta a que se ordene por orden de antigüedad. De haber prosperado, esa iniciativa lo ponía en primer lugar a Juan Carlos Maqueda. Sin embargo, rápidamente la tildaron de inconstitucional y quedó descartada.