“Somos herederos de la tradición socialdemócrata de Alfonsín”

“Somos herederos de la tradición socialdemócrata de Alfonsín”

El precandidato a diputado de la Ciudad por Alternativa Ciudadana, el exlegislador Martín Hourest, dialogó con NU.


¿C  ómo viene la campaña de Alternativa Ciudadana en un contexto tan polarizado?

En términos sociales hay un nivel de crispación con el sistema representativo en el conjunto. En las reuniones capturamos que se asignan responsabilidades a los que gobernaron hasta ahora. Hay una distribución de culpas de parte de la sociedad hacia la política, que no garantizó mejores formas de protegerse de la pandemia y de la crisis. Esto es algo que hay que atender, porque viene a expresar el fracaso de las fuerzas que vienen gobernando la Argentina

¿Cree que hay un escenario similar al de 2001?

No. 2001 fue el quiebre por la ruptura del espejismo de la convertibilidad. En 2001 lo que quebró fue la herencia de Menem, no la de la Alianza. Y la herencia de Menem hoy es parte del gobierno y de la oposición. Ese modelo estalló en ese momento y arrastró el sistema representativo. No estamos en riesgo de este escenario. No creo que estemos en una situación de preexplosión. Justamente, la crisis de 2001 lo que permitió es un acostumbramiento social a cuestiones de penuria. Es eso lo que permite al macrismo y al kirchnerismo gobernar sobre la resignación social. La gente vive cada vez peor.

¿Cómo se resuelve este problema?

Hay que reformar los tres grandes monopolios. El primero es el de la representación. Existe una elite política que ha pactado con la élite sindical y la de los medios para no verse perturbada en su proceso de reproducción permanente. Esas elites hicieron fracasar la democracia, con una promesa de igualdad. Hoy, la democracia no garantiza lo que tiene que garantizar. Y ellos tienen que hacerse cargo de esto. La segunda discusión tiene que ver con la élite económica, que ha fracasado, porque es función del capitalismo generar más y mejores bienes. Hay una élite económica que es incapaz de reclamar mayores esfuerzos. Esta elite económica fracasada tiene un acuerdo con la elite política. De manera consciente, pactan las desigualdades y la corrupción. Hay que decirlo con todas las letras: no habría corrupción sin políticos y empresarios corruptos. Tampoco habría pobreza. El tercer monopolio es el del sentido. En un momento como éste, la política habla de “salir” o de que “es de otra manera” o de “qué lindo sería”, mientras reparte globos y hace apología de la felicidad. Para eso, usa a los medios para que reproduzcan este espectáculo berreta. Esto tiene que ver con la necesidad de democratizar el papel de las elites formadoras de sentido. Y aquí entran las elites intelectuales, que para reproducirse, cantan la misma tonada. Buscan para ganar legitimidad.

¿Qué les dicen las encuestas? Creen que tienen posibilidades de superar el mínimo que exigen las PASO para llegar a las generales?

No hacemos encuestas por definición. Hacemos reuniones. Tampoco hacemos focus group. Hacemos reuniones de evaluación política con sectores sociales, en la calle, con vecinos. En esa lógica hay un inmenso océano de gente confundida, que no quiere votar lo tradicional y está horrorizada porque ve que la política tiene un discurso mientras ellos viven otra vida. Si tenemos perspectivas es porque en ese diálogo hay receptividad, hay percepción de lo que uno genera. La gente busca una alternativa, está la cosa colectiva de la bronca y la búsqueda de energía para salir del pozo. Esto no significa que nos van a votar. Nosotros decimos que estamos conversando con la sociedad. A diferencia de otra gente, que pide votos, estamos pidiendo compromiso público, que nos ayuden a controlar. Les pedimos que nos pongamos de acuerdo con objetivos y que controlen que no nos vayamos al demonio.

¿En qué espectro del arco ideológico se ubican? Su discurso coincide en muchos puntos con los extremos de derecha y de izquierda.

Somos una fuerza igualitaria. Somos herederos de la tradición socialdemócrata de Alfonsín. Somos la izquierda democrática. Somos los que decimos que creamos democracia. La derecha está creciendo por la fatuidad e inmoralidad de los que gobernaron la Argentina, porque generaron un espacio de crecimiento que es hijo del fracaso de Macri y de Cristina Kirchner. No tenemos nada que ver con la derecha. A diferencia de la derecha, que dice que a la democracia hay que tirarla por el aire, decimos que a la democracia se la corrige con más democracia. Hoy, las alternativas por izquierda y derecha forman parte del mismo tinglado. Los sistemas políticos no son sólo oficialismos, sino también oposiciones. Si comparamos 2015 y 2019, vemos que se repiten los K, los macristas, la derecha y Del Caño. Sepamos que esa lógica política nos trae hasta donde estamos ahora. Uno puede elegir si cambia esa lógica.

 

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