Jorge Arguello (PJ), como vocero de la oposición peronista, aclaró que "sólo el desastre nacional de la gestión De La Rúa hizo pasar desapercibido durante dos años el desmanejo de los fondos porteños" al citar el teorema que "cuanto más decontrol hay en la nación menos se nota el de la ciudad". El default "puertas adentro", tal como definió la deuda de la gestión Ibarra para con la sociedad, "no debe confundirse con una oposición responsable con el acreedor de puertas afuera" justificando de ese modo el apoyo otorgado al Poder Ejecutivo para el refinaciamiento de la deuda porteña.
Patricio Etchegaray (Izquierda Unida) auguró "más males hacia la sociedad en caso que se apruebe esta ley" y recordó con tristeza el día que se le otorgaron los poderes extraordinarios a Ibarra, para "que siga haciendo cosas con este alto nivel de improvisación, que sólo en comisiones nos costará alrededor de 35 millones de pesos mientras la recaudación en la ciudad no deja de caer".
Los bloques de Bases y Puntos de Partida (ex cavallistas), el ARI y el Interbloque Porteño también apoyaron la iniciativa así como el resto de los pequeños bloques. Ibarra respirará tranquilo por haber conseguido el aval necesario ante los acreedores externos, pero el nivel de críticas soportado fue el alto costo político que el resto del arco legislativo le hizo pagar.
Ya sobre el final de debate y ante unas aclaraciones que quiso realizar la titular de la Comisión de Presupuesto, Laura Moresi, el clima se enrareció del todo. Alberto Fernández (PJ) le contestó que "no sólo no está aclarando nada sino que si quiere emñpezamos todo de nuevo", lo que provocó que Marcelo Vensentini, titular del bloque Alianza, terminara haciéndole señas a Moresi para "que la corte" porque el debate se salía de madre.
Esta circunstancia- el peligro de default- por la que atravesó la Capital servirá también para desmentir las afirmaciones del ex presidente y ex jefe de Gobierno porteño, Fernando de la Rúa, que en repetidas ocasiones afirmó que Aníbal Ibarra había recibido una ciudad sin déficit y sin deuda.
La Ciudad de Buenos Aires, finalmente, no entrará en el tan temido "default" con sus acreedores externos. El miércoles a la noche, el plenario de las comisiones de Presupuesto y Hacienda y de Relaciones Interjurisdiccionales emitió un despacho por el que autoriza al Gobierno porteño a negociar con sus tenedores del Bono "Tango I" la quita del 30 por ciento en los intereses y una prórroga en los plazos de pago, que debería extenderse hasta el 2005, por lo menos.
A pesar del discurso combativo -contra el jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra, por supuesto- de algunos sectores, el plenario de las comisiones aprobó el despacho favorable sin mayores sobresaltos. Esta discusión marcó "el debut de la piba". En efecto, la flamante diputada Laura Moresi, que preside la Comisión de Presupuesto, por primera vez debió lidiar seriamente con las asperezas de un cargo que dejó cicatrices en todos los que la precedieron en él, a la vez que logró un despacho favorable a las aspiraciones del Ejecutivo.
La posición disidente de los seguidores de Gustavo Béliz tiene que ver con la estrategia de su jefe, que el viernes pasado convocó a una conferencia de prensa en la que salió a denunciar a Ibarra por una larga serie de irregularidades que -según él- habría cometido durante su gestión. Los analistas políticos coinciden en que esa conferencia de prensa ofició como lanzamiento de su campaña para jefe de Gobierno.
También se comentó en los mentideros políticos que -al ubicarse esta decisión en un territorio que es atentamente observado por los organismos internacionales- hubo negociaciones que incluyeron incluso hasta a la Casa Rosada.
El PROYECTO QUE FUE MODIFICADO
El proyecto de ley que envió Ibarra a la Legislatura era más genérico -o más impreciso, si se quiere- que el que finalmente aprobaron los diputados porteños. En el párrafo en el que el proyecto de Ibarra planteaba "mejorar el perfil de la deuda", los diputados votaron que ésta deberá incluir una quita en los intereses del 30 por ciento, y agregaron que deberán negociar una prórroga en el próximo vencimiento que lo lleve al menos hasta el año 2005.
Las condiciones concretas de la quita y de la prórroga habían sido anunciadas a los diputados por el secretario de Hacienda, Miguel Ángel Pesce, el martes pasado, cuando expuso los pormenores de las negociaciones con los acreedores que viene sosteniendo el Gobierno porteño desde hace alrededor de dos meses. Los diputados quisieron, entonces, que estas definiciones formaran parte de las condiciones específicas de la ley, cuya sanción fue solicitada por los negociadores de la Banca Morgan y de la Banca Caboto para servir de marco a la negociación.