El gobierno porteño avanzará en las flexibilizaciones del protocolo escolar. En los próximos días definiría que el barbijo deje de ser obligatorio durante los recreos. Por estas horas, se analizan los detalles de la medida, que en principio priorizará a los chicos de nivel inicial y primaria.
Según adelantaron fuentes oficiales a Infobae, el anuncio irá de la mano con la relajación del tapabocas al aire libre.
El ministro de Salud, Fernán Quirós, se había comprometido a que, una vez que se alcanzara al 70 por ciento de los porteños con vacunación completa, dejarían de exigir el barbijo en los espacios abiertos.
El barbijo en los colegios es objeto de polémica desde hace algunas semanas. Las familias nucleadas en Padres Organizados vienen reclamando que los chicos puedan quitarse el tapabocas durante la jornada escolar, al menos los más pequeños.
De hecho, la semana pasada, representantes del colectivo de padres se reunieron con la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, para hablar sobre ese tema y manifestaron a través de un comunicado: “Les transmitimos nuestra preocupación con respecto al uso de barbijos, especialmente en las escuelas de nivel inicial y primaria. Les acercamos información sobre los perjuicios del uso prolongado del barbijo en niños que venimos relevando con datos de profesionales de la salud y padres”.
Y agregaron: “No podemos terminar el año con chicos que pasan hasta 8 horas con el barbijo puesto mientras los adultos podemos ir a los bares, discotecas y canchas sin usarlos”.
Durante el encuentro, la ministra Acuña deslizó la posibilidad de que se libere, en una primera instancia, durante los recreos. Si bien la discusión no está del todo saldada, sí hay acuerdo respecto a avanzar en los alumnos más pequeños. Lo que aún no está definido es hasta qué edad dejarán de exigirlo en los descansos. En las aulas seguirá siendo obligatorio.
En realidad, el protocolo escolar de la Ciudad de Buenos Aires nunca estableció la obligatoriedad para los niños de nivel inicial, aunque sí recomendaba su uso. Esa ambigüedad en la redacción llevó a que muchos jardines exijan que todos los chicos tengan la boca y la nariz cubiertas durante la jornada.