Un grupo de dirigentes del Frente de Todos avanza en el diseño del cierre de campaña nacional para las Elecciones del 14 de noviembre con un nuevo acto multitudinario, como el que tuvo lugar en Morón la semana pasada, en el que estarán presentes todos los sectores que integran la coalición.
La fecha apuntada es el 6 de noviembre y el lugar que oficiará de sede es la cancha de Lanús, club que preside Nicolás Russo, actual diputado provincial por el Frente de Todos. Para ese día esperan la presencia de gobernadores, intendentes, legisladores, ministros, sindicalistas, referentes de movimientos sociales y los principales candidatos del país. Buscarán una foto federal de unidad detrás de la figura de Alberto Fernández.
En el oficialismo están buscando darle centralidad al Presidente y mostrar respaldo a su gestión. Es una forma de disimular las fisuras internas que existen en la coalición y sostener la castigada imagen presidencial frente al último round electoral.
Según Infobae, no es casualidad que el acto sea organizado nuevamente en un estadio de la provincia de Buenos Aires, tal como sucedió en Morón. En el oficialismo recuerdan la clausura de la cancha de Nueva Chicago que realizó la justicia porteña después del acto que organizó el Movimiento Evita. Ven detrás de ese movimiento la figura de Horacio Rodríguez Larreta. Quieren evitar problemas y entienden que pisar suelo bonaerense es una solución.
Los organizadores indicaron que la idea es que movilicen miles de militantes y que todo el espacio se muestre cohesionado de cara a la sociedad. Si bien asumen, puertas adentro, que la derrota es inevitable, la imagen que pueda construir sirve más para mostrarse sólidos el día después de la elección, cuando comience una nueva etapa de la gestión.
El Jefe de Gabinete, Juan Manzur, y el gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, están en contacto permanente para delinear los detalles del acto y el sentido que le van a imprimir. A diferencia del cierre de campaña antes de las PASO, que se llevó a cabo en Tecnópolis solo con la dirigencia, en esta oportunidad buscan una imagen que le dé volumen y amplitud a la coalición, y aliente a los militantes propio en el sprint final.
De aquel cierre quedó un mal recuerdo dentro de la coalición. La vicepresidenta, Cristina Kirchner, habló cerca de cincuenta minutos y brindó un mensaje que tenía como destinatarios a la Justicia, los medios de comunicación y la oposición. En el oficialismo tienen en claro que no aportó en nada. Solo fue una muestra de vanidad frente a la dirigencia. Esperan que no se repita. Su presencia no está confirmada.
Según confirmaron fuentes oficiales a Infobae, el Gobierno está enfocado en asegurarse que los propios los voten en las Elecciones 2021. Advierten que ese apoyo no está asegurado y que si no consiguen convencerlos, la diferencia con Juntos por el Cambio será mayor.
El universo sobre el que trabajan en la provincia de Buenos Aires es de 2.500.000 de personas. Dos millones están, según tienen apuntado, en el conurbano. Esa gente no los votó. Y no están seguro que los voten pese a las batería de medidas económicas que lanzaron a la calle después de las PASO. Por eso el refuerzo de la campaña ahora está anclado en el discurso. Convencer a través de las palabras.
La decisión de hablarle a los propios tienen un anclaje en el territorio bonaerense. En el interior, ni los candidatos ni los gobernadores están tan convencidos de que sea la mejor opción. Es el camino inverso al que el mismo Gobierno había decidido después de las PASO y con la derrota consuma sobre la espalda. Decisiones que todavía no tienen resultados.