A pocos días de las elecciones, la Justicia excarceló a José López

A pocos días de las elecciones, la Justicia excarceló a José López

Lo hizo tras el pago de una fianza de $14.500.000.


El Tribunal Oral en lo Criminal Federal n°1 dispuso el viernes la liberación del exsecretario de obras públicas durante el kirchnerismo José López, tras el pago de una fianza de $14.500.000.

“Concluimos que se encuentra garantizada y cubierta la caución personal de catorce millones quinientos mil pesos ($ 14.500.000) función de la excarcelación en impuesta en función de la excarcelación, en términos de la libertad condicional otorgada a José Francisco López y que, en consecuencia, corresponde ordenar su inmediata libertad previa suscripción del acta compromisoria”, indica el fallo.

López deberá permanecer bajo la custodia del Programa de Protección a Testigos e Imputados del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, a disposición de Tribunal Oral en lo Criminal Federal n°7.

El Tribunal le había concedido la libertad condicional en abril pasado, pero López no había podido reunir los fondos para pagar cubrir la caución fijada.

López fue secretario de Obras Públicas e investigado en múltiples causas y fue condenado a una pena única de siete años de prisión por enriquecimiento ilícito y también por la tenencia de un arma aquella madrugada en el que fue encontrado con bolsos que contenían casi 9 millones de dólares, en un convento de General Rodríguez en junio de 2016. El exfuncionario permaneció detenido desde mediados de ese año.

La caución original fijada por el Tribunal al ordenar su libertad en abril fue de 85 millones de pesos, pero José López apeló a través de su defensora oficial Pamela Bisserier pues dijo que no tenía fondos para pagarla.

La Cámara de Casación en su momento le ordenó al Tribunal bajar la caución porque entendió que aquella suma no se ajustaba a la situación patrimonial del ex funcionario. Hizo lo mismo cuando se le volvió a fijar el monto en 48 millones de pesos.

En el juicio por enriquecimiento ilícito, centrado en la cinematográfica imagen de los bolsos arrojados por la noche en un convento, quedó bastante claro que el exsecretario salió de su vivienda el 14 de junio de 2016 luego de una pelea con su esposa, María Amalia Díaz. Según parece ella lo acusaba de una infidelidad. Cuando el juez federal Daniel Rafecas allanó la casa de Dique Luján se encontró con dos platos servidos para la cena y una comida a medio comer. Se supone que López pensó que su exesposa, que se fue furiosa, lo iba a denunciar. Y por eso decidió poner a salvo el dinero que tenía escondido en una habitación oculta al lado del tanque de agua. 

Rafecas allanó la casa de la mano de la Policía Federal, que no encontró el escondite con los rastros de la plata. Fue el propio López el que al principio del caso hizo la revelación, lo que permitió un segundo allanamiento y la detección de una falsa ventana en el techo que en realidad era una puerta a la que se accedía poniendo manualmente una escalera.

Aquella noche, López salió de Dique Luján hacia el convento en General Rodríguez. Tiró los bolsos por encima del paredón y –como se vio en las imágenes– fue ayudado por la religiosa Inés Aparicio. Aparicio no fue condenada. La religiosa dijo que pensaron que López traía comida en los bolsos, algo que solía hacer. En el juicio no apareció ninguna evidencia contra la mujer.

El 11 de agosto de 2018, López acordó con el fiscal Carlos Stornelli. Se convirtió así en arrepentido en la causa por las fotocopias de los cuadernos. La jugada tuvo un primer impacto en el expediente del convento: el exsecretario salió del penal de Ezeiza, donde prácticamente no recibía visitas de nadie, para ser alojado en una cómoda unidad policial de Palermo.

El pacto con Stornelli llevó automáticamente a un cambio de la versión de López sobre el origen de los nueve millones de dólares arrojados en el convento. Durante todo el proceso y en su primera declaración en el juicio había dicho que el dinero “vino de la política”, sin dar más explicaciones.

Una vez sellado el acuerdo con el fiscal, López se despachó con una historia muy distinta. Dijo que “suponía” que el dinero venía de Cristina Fernández de Kirchner porque se lo dio el exsecretario Fabián Gutiérrez la misma noche en que llevó los bolsos a General Rodríguez. Contó que tuvo una reunión previa con Gutiérrez en el hotel NH de la calle Bolívar y que luego le mandaron los nueve millones de dólares custodiados por dos personas, una llegó en moto y la otra en un auto. Los dos enviados –según dijo– lo siguieron hasta el convento.

La coartada se cayó a pedazos casi de inmediato. En las numerosas imágenes de su periplo de Tigre a General Rodríguez no apareció ningún auto ni ninguna moto de custodia. Tampoco se encontraron evidencias de la reunión con Gutiérrez que ni siquiera estaba en Buenos Aires. En la valija en que se encontró la mayor parte de la plata había un marbete que demostraba que la usó una hija de López en un viaje anterior. También se encontró un recibo de un cambio de dólares realizado por López en Hong Kong. Y en la casa se encontraron pruebas de que el dinero estuvo cerca del tanque, en especial porque los billetes tenían rastros de humedad del escondite lindante con el depósito de agua.

Como no se le podía achacar la culpa a CFK los grandes medios perdieron interés. Pero, además, bajaron su furia contra López para preservarlo como arrepentido en la causa que más les interesa, la de las fotocopias de los cuadernos.

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