El viernes 19 de julio se reunieron en la Casa de Santa Cruz -hoy devenida en la piedra sagrada de la progresía argentina- el gobernador de esa provincia, Néstor Kirchner, y el candidato a jefe de Gobierno porteño por GESTA, Rafael Bielsa.
Fuentes ligadas al gobernador patagónico le manifestaron a NOTICIAS URBANAS que aún no está definido si éste se presentará en marzo por dentro del peronismo o no. Aún así, Kirchner dijo de Bielsa que "es aire nuevo en una ciudad que lo necesita".
El ex director de la SIGEN, por su parte, repondió a la exégesis del sureño, calificando a éste como "el único candidato con gestión y capacidad para afrontar los problemas del país".
Más allá del intercambio de gentilezas entre dos hombres con aspiraciones políticas y que además se necesitan mutuamente, esta reunión podría estar comenzando a definir el futuro de otro candidato que no estuvo físicamente en la Casa de Santa Cruz, pero cuya sombra sobrevoló el encuentro.
Aníbal Ibarra -de él se trata- podría haber sido la primera víctima de la "entènte" entre Kirchner y Bielsa. "Se equivocó en el modo de actuar, vendiendo un acuerdo que no existía", dijeron algunos colaboradores de primera línea del santacruceño, refiriéndose a la maratón mediática que encaró el jefe de Gobierno porteño tras el encuentro tripartito que se produjo hace dos semanas en el mismo escenario.
De todos modos, Ibarra no sería el último herido en esta batalla. Los colaboradores de Kirchner aseguran que la reunión se hizo más allá -o más acá- de "Lilita" Carrió. Incluso -aseguraron- los puntos de acuerdo entre ambos candidatos seguirán existiendo, al margen de todo lo que une al gobernador santacruceño con la legisladora chaqueña.
Finalmente, si bien ambos coincidieron en la necesidad de conformar en el distrito un nuevo frente político con perfil progresista, Kirchner se encargó de destacar que debe llegar más lejos que este sector y que debe ir a buscar acuerdos incluso con sectores de centroderecha y de centroizquierda.
