Luego de que se conociera el resultado de las elecciones legislativas 2021, el presidente Alberto Fernández difundió un mensaje grabado en donde confirmó que en los próximos días convocará a la oposición para consensuar una agenda de trabajo.
Adelantó además que en la primera semana de diciembre enviará al Congreso un proyecto de ley que contemplará un programa económico y las conclusiones de la negociación con el Fondo Monetario Internacional.
Lo explicó así: “Quiero anunciar que, en la primera semana de diciembre de este año, enviaremos al Congreso de la Nación un proyecto de ley que explicite el “Programa económico plurianual para el desarrollo sustentable”. Ese programa contemplará los mejores entendimientos que nuestro gobierno haya alcanzado con el staff del FMI en las negociaciones que lidera nuestro ministro de economía, Martín Guzmán, sin renunciar a los principios de crecimiento económico e inclusión social a los que me he referido previamente“.
“Ésta es una decisión política que cuenta con el pleno aval del Frente de Todos. Ha sido el fruto del trabajo conjunto con la Vicepresidenta de la Nación, el Presidente de la Cámara de Diputados de la Nación y mi gabinete de ministros y ministras”, agregó.
La puesta en escena fue muy distinta a la de las elecciones Primarias. Alberto Fernández habló en su carácter de Presidente, con traje y corbata, en un mensaje con una impronta institucional. Estaba solo, en Olivos.
Luego de que se transmitieran sus palabras a todo el país, el jefe de Estado llegó al búnker del Frente de Todos en Chacarita para saludar a los candidatos y a la militancia. Cristina Kirchner ya había anunciado temprano que no iría a la sede porque sus médicos le recomendaron reposo.
El mensaje completo:
Hoy las urnas se han expresado. Una vez más escucho a los
hombres y mujeres de mi Patria.
Quiero felicitar muy especialmente al Pueblo Argentino por
su participación pacífica y esperanzada en el marco de la
democracia. Cada vez que el pueblo habla, la democracia
nos hace más fuertes.
Esta noche he creído conveniente compartir con ustedes
algunas reflexiones y decisiones que vamos a tomar en los
próximos días.
Con esta elección termina una etapa muy dura de nuestro
país que estuvo marcada por dos crisis. Una, la crisis
económica, heredada del Gobierno anterior y de la que aún
quedan enormes desafíos por resolver. Otra, la crisis
sanitaria, provocada por una cruel pandemia que, poco a
poco, vamos superando.
Hoy empieza la segunda parte de nuestro gobierno y sé
bien que los argentinos y argentinas necesitamos un
horizonte. Tenemos derecho a la esperanza. Tenemos
derecho a la esperanza. Hablé y escuché a centenares de
personas. Todos y todas necesitan más certidumbres. Saber
que cada día, cada mes, estaremos un poco mejor. Saber
que después de tanto dolor, también en homenaje a
quienes nos han dejado, podremos ir reorganizando
nuestras vidas.
Estoy seguro de que lo vamos a conseguir.
Argentina, aún en el marco de estas dificultades, viene
avanzando y lo seguirá haciendo. Nos estamos poniendo de
pie.
Estoy convencido de que, desde el respeto profundo a la
expresión del pueblo en las urnas, se abre una nueva etapa
para nuestro país.
Un futuro cuya construcción tenga como ejes centrales la
recuperación económica, el fortalecimiento de los ingresos,
la reducción de la inflación y la creación de empleo. Todo
ello, en el marco de un diálogo constructivo que le dé
potencia y mejor calidad a nuestra vida en democracia.
La economía está creciendo alrededor del 9% este año y a
inicios del año próximo el PBI habrá recuperado lo perdido
el año pasado.
A principios del año próximo, la producción industrial no
solo habrá recuperado lo perdido en 2020, sino que
también se habrá repuesto de los daños causados por las
crisis económicas y financieras de 2018 y 2019.
Tenemos, en la actualidad, las exportaciones más altas en 8
años. La inversión este año crecerá alrededor del 30%. Y la
producción industrial sigue a la vanguardia de la
recuperación.
En esta nueva etapa debemos priorizar los acuerdos
nacionales.
Si queremos resolver estos desafíos a los que nos
enfrentamos, necesitamos que las grandes mayorías
generen consensos. En ese sentido, y a la mayor brevedad
posible, voy a dirigirme a los representantes de la voluntad
popular y a las fuerzas políticas a las que representan, para
acordar una agenda tan compartida como sea posible. Una
oposición responsable y abierta al diálogo, es una oposición
patriótica. Nuestro pueblo necesita ese patriotismo.
Precisamos que la relación entre el Gobierno y el Congreso
Nacional, en la Cámara de Diputados y en el Senado, sea
fructífera, por el interés general de nuestro país.
Es tiempo también de resolver el problema derivado de la
deuda contraída por el Gobierno que me precedió con el
Fondo Monetario Internacional. Ese es el escollo más
grande que enfrentamos para continuar en la senda de la
recuperación económica y de la construcción de un país con
más equidad.
Debemos enfrentar este desafío para reparar, en la medida
de lo posible, el enorme daño que este endeudamiento ha
provocado, y cuyas consecuencias pesarán sobre varias
generaciones.
Cuando el modelo económico del anterior gobierno reveló
ser un fracaso, en lugar de cambiar el rumbo, decidieron
tomar esa deuda de 44 mil millones de dólares con un
doble propósito: pagar la deuda insostenible que habían
tomado con acreedores privados y darle salida a capitales
que habían ingresado solo para especular.
Hoy queremos mirar hacia adelante. Pero mirar hacia
adelante no debe conducirnos a un olvido que pueda
significar un retroceso. Lo que queremos es avanzar y
poder crecer como sociedad. Queremos promover la
inversión productiva que genera empleo y asegurar así que
la recuperación llegue a cada familia argentina.
Este camino requiere, antes que nada, seguir impulsando el
crecimiento del mercado interno. Y para ello, el Estado
debe ser capaz de impulsar la demanda agregada.
Eso es lo que ocurre cuando se invierte en obras públicas,
en equipar y capacitar a nuestras fuerzas de seguridad;
cuando se invierte en Ciencia y Tecnología, en Educación;
en mejorar nuestros servicios de Salud, que tan
importantes han sido para que pudiéramos sobrellevar el
duro tiempo que nos tocó vivir.
Y es necesario también seguir el camino del ordenamiento
de las cuentas del Estado, pero jamás a costa de un ajuste
del gasto. Eso nos impediría cumplir nuestro sueño y
nuestro compromiso de construir una sociedad inclusiva.
Impediría darle continuidad a esta recuperación económica
que estamos viviendo.
El ajuste fue practicado repetidas veces en Argentina y solo
profundizó la desigualdad y la pobreza. No es verdad que
pueda construirse una Patria fuerte sobre la base del
debilitamiento del Estado. Lo que nos hace falta es un
Estado con fuerza y capacidad para poder invertir en
aquello que permite un mayor desarrollo y creación de
riqueza.
La promoción de la ciencia, de la salud y de la educación; la
mejora del capital público, el fortalecimiento de la moneda
y la sostenibilidad de la deuda, deben ser, de una vez y
para siempre, políticas de Estado.
Siempre hay quienes buscan endulzar el oído con las
supuestas bondades que ofrecen caminos de ajuste ya
probados y fallidos. Son los mismos que alertan sobre los
desastres que se avecinan si no seguimos esas recetas ya
fracasadas. A quien diga que el problema con el Fondo
Monetario Internacional puede ser resuelto en cinco
minutos le digo que negociar no es obedecer.
Quiero ser muy claro. Estoy seguro de que con ajuste no se
logra ni siquiera ordenar las cuentas públicas. El superávit
fiscal virtuoso siempre es hijo del crecimiento, nunca del
ajuste.
Tengo la firmeza necesaria para defender los intereses de
nuestra Patria. Como Nación que somos, propongo transitar
un camino responsable y constructivo para resolver los
problemas y desafíos que enfrentamos, involucrándonos
con la comunidad internacional de la que formamos parte
de una manera que la fortalezca y que nos fortalezca.
En esta nueva etapa profundizaremos nuestros esfuerzos
para llegar a un acuerdo sustentable con el FMI. Debemos
despejar las incertidumbres que conllevan deudas
insostenibles como ésta. Y debemos hacerlo preservando
las condiciones que nos permitan seguir por el sendero de
la recuperación con generación de empleo, apuntando al
mismo tiempo a una reducción persistente del mal
inflacionario.
Es por ello, que quiero anunciar que, en la primera semana
de diciembre de este año, enviaremos al Congreso de la
Nación un proyecto de ley que explicite el “Programa
económico plurianual para el desarrollo sustentable”. Ese
programa contemplará los mejores entendimientos que
nuestro gobierno haya alcanzado con el staff del FMI en las
negociaciones que lidera nuestro ministro de economía,
Martín Guzmán, sin renunciar a los principios de
crecimiento económico e inclusión social a los que me he
referido previamente.
Ésta es una decisión política que cuenta con el pleno aval
del Frente de Todos. Ha sido el fruto del trabajo conjunto
con la Vicepresidenta de la Nación, el Presidente de la
Cámara de Diputados de la Nación y mi gabinete de
ministros y ministras.
Trabajaremos de forma incansable para lograr el apoyo de
la comunidad internacional en la construcción de mejores
condiciones de financiamiento para llevar a cabo el
programa de políticas públicas que como Nación soberana
que somos, queremos implementar en pos de la mejor
calidad de vida de nuestro pueblo.
Quiero asegurarles también que vamos a seguir mejorando
y reforzando la gestión de este Gobierno. Necesitamos
profundizar la recuperación económica de tal modo que el
desarrollo se distribuya entre todos y todas.
Vamos a redoblar nuestros esfuerzos para que la gestión
gubernamental atienda las prioridades y resuelva los
problemas reales de la vida cotidiana.
Porque la recuperación tiene que llegar a cada argentino y
argentina. El objetivo es que el crecimiento se convierta en
trabajo y salario digno. Que se convierta en mejor
educación y en mejor salud pública. Que desarrolle la
ciencia y la tecnología. Que garantice seguridad y justicia
en nuestra sociedad.
Todo nuestro empeño como gobierno debe servir para
mejorarle la vida a los argentinos y argentinas. Tenemos
que hacernos cargo de priorizar el combate contra la
pobreza y ser una tierra de oportunidades en la que
podamos convertir nuestros sueños y esperanzas, en
realidades.
Hemos cometido errores. He cometido errores y mi
obligación es aprender de los mismos. Reafirmo, en esta
nueva etapa, y frente a todas y todos, que honraré el
compromiso electoral asumido en diciembre de 2019.
Creo en la Argentina. Creo profundamente en la Argentina.
Somos una nación joven, con un pueblo resiliente, lleno de
talento y oportunidades, con un territorio maravilloso y con
una riqueza y diversidad federal que nos enorgullece.
El pesimismo es contagioso, pero, por suerte, la esperanza
también lo es. Tenemos esperanza, decisión y un futuro
mejor para construir en conjunto.
No comparto, en absoluto, la posición de quienes dicen que
“no tenemos destino”. No pueden darnos lecciones quienes
no se hacen cargo de los daños que han causado.
Vamos a hacer honor a aquello que dio vida a nuestro
Frente electoral. Vamos a gobernar para Todas y Todos.
Sé muy bien que es con todos y todas. Y también sé que lo
vamos a conseguir.
Buenas noches y muchas gracias.