El exministro de Economía, Domingo Cavallo, recordó la crisis del 2001 a 20 años de un mes de diciembre muy caliente y lleno de caos y explicó: “Lo que pasó en aquel momento es que el golpe institucional del 20 y 21 de diciembre interrumpió el normal procedimiento de la negociación de la deuda. El peronismo bonaerense y las divisiones en el radicalismo no ayudaron al gobierno de la Alianza”.
En declaraciones al canal de noticias TN, Cavallo comentó: “Por un capricho del director gerente del FMI, no nos daban la plata. Estábamos a punto de poder concluir con la reestructuración de la deuda. El entonces presidente de la Unión Industrial Argentina, José Ignacio de Mendiguren, decía junto a los suyos que iban a la pesificación para beneficiarse con sus deudas. Este hombre lo que estaba buscando era un desastre para el país”.
El exministro de dijo: “Para eso tenían que sacarme del Ministerio de Economía. Nos sacaron a nosotros por el corralito: una limitación a la extracción de dinero pero podían disponer de él. Con esa excusa me sacaron para ir a la pesificación. Así iban a licuar las deudas bajo ley argentina. Cuando de repente se convirtieron los pesos, fueron a sacárselos de encima y llevó a una devaluación $4”.
Y continuó: “La pobreza saltó a más del 50% a principios de 2002. De la Rúa tuvo que desenvolverse en las peores condiciones internacionales para la Argentina. Fue una tragedia lo que pasó en 2002 como consecuencia del golpe institucional de 2001”, afirmó.
Al referirse a temas de actualidad, criticó al gobierno de Alberto Fernández por su política económica: “Con este gobierno no hay nada bueno que se pueda hacer en materia económica. Debería haber una liberalización cambiaria. Para que la brecha no sea tan alta, la política monetaria debe ser razonable. Tienen que hacer un manejo razonable. Podrían conseguir que la inflación no supere el 60% pero no que se estabilice la economía”.
Cavallo argumentó: “Hay que reorganizar la economía con ideas que son la antítesis de este gobierno. Hay que abrirse al mundo, no cerrarse y negociar con los amigos. Tienen que cambiar la política comercial externa. Debe dejar de intervenir en los mercados. Los controles de cambios deben terminarse. Esto lo puede hacer un gobierno con ideas claras y un equipo que tenga las capacidades para hacer las reformas. Este gobierno debe dejar de hacer daño. Martín Guzmán no tiene el apoyo que necesita. No tiene equipo, nadie lo escucha”.
Asimismo, agregó: “Es un gobierno disfuncional que no está en condiciones de resolver problemas como la inflación. Argentina tiene solución, se puede lograr un efecto como el que logramos en 1991. Anunciamos la Ley de Convertibilidad, eliminación de retenciones, controles de precios, las privatizaciones de empresas públicas. Con las medidas de este gobierno no se puede estabilizar la economía. Hoy se podrían implementar las medidas y mejor que en los 90”.
El economista insistió: “La tecnología ayuda incluso en el cobro de impuestos. Hay que cobrar bien los impuestos que tiene un país. La economía del gobierno va en contra del libre comercio. Todo el mundo sabe que el control de precios no da resultado. Con la política exterior de Argentina es imposible recuperar la confianza”.
En ese sentido, pronosticó: “Lamentablemente la inflación puede estar en torno al 60%. Si las cosas se hacen bien. Siempre puede ser peor. Si las tarifas están atrasadas y obligan a pagar subsidios, cuando usted devalúa, profundiza el atraso tarifario. Recomiendo que ajusten las tarifas antes de la corrección cambiaria sino terminarán en una especie de Rodrigazo”.