Los familiares de Lucas González y Luciano Olivera, dos jóvenes que murieron en el último tiempo al ser baleados por efectivos de la policía de la Ciudad y la provincia de Buenos Aires, pidieron que la violencia policial “termine ya”.
En declaraciones a Radio Rivadavia, el abuelo de Luciano Olivera expresó: “Fue una injusticia lo que pasó. La Policía no avisó ni nada, sino que vinieron los chicos corriendo a la casa de la madre a avisarnos. Recién a las 3 de la mañana pidieron ayuda a la ambulancia”.
Luciano, de 16 años, murió de un disparo en el tórax cuando volvía de jugar a la pelota y se encontró con un control policial sobre la avenida 9, entre las calles 32 y 34, en Miramar. Por el hecho quedó detenido Maximiliano González, un oficial de la Policía Bonaerense, quien declaró que “se le escapó el tiro”.
Su abuelo aseguró que al adolescente le dispararon a matar: “Cuando lo dan vuelta ven que tiene el tiro en el pecho y que estaba lleno de sangre”.
La tía de la víctima había contado días atrás que el policía imputado en el caso vive a solo cinco cuadras de la casa que habita la familia y que su sobrino “se asustó” al ver el control porque no tenía registro para conducir la motocicleta en la que circulaba.
En la entrevista radial también se sumó luego Cintia, la madre de Lucas González, el joven de 17 años que fue asesinado hace unas semanas por la Policía de la Ciudad. Ambos casos, de chicos de casi la misma edad, sucedieron en muy poco tiempo y en los dos asesinatos hay policías implicados por “gatillo fácil”.
Cintia expresó: “Lamento en el alma lo que pasó con Luciano. Es como volver a vivir lo de mi hijo. Nos mataron a nosotros también. Esto tiene que terminar ya”. Cintia relató además que cada día a la hora de levantarse espera volver a ver a su hijo: “Todos los días busco a Lucas”.
Lucas recibió un tiro en la cabeza que le provocó la muerte poco después, cuando él y sus amigos fueron interceptados por policías de la ciudad que estaban de civil participando de un operativo antinarcóticos, y les dispararon cuando los jóvenes, asustados al pensar que les querían robar, intentaron huir.
El fiscal de instrucción 32 Leonel Gómez Barbella solicitó la ampliación de indagatoria para los seis policías ya detenidos por “encubrimiento agravado, privaciones de la libertad agravadas y falsedades ideológicas”, a lo que ya accedió el juez Martín del Viso, que ordenó que se lleven a cabo el próximo lunes a partir de las 9.30.
Gómez Barbella pidió también la detención inmediata del comisario inspector Daniel Santana; del comisario Rodolfo Ozan; del subcomisario Ramón Chocobar; de los principales Teresa Scorza y Damián Lobos; del oficial mayor Santos Ochoa; del oficial primero Ernesto Martínez y del oficial Sebastián Baidon.
De acuerdo a las pruebas reunidas por el fiscal, a estos últimos ocho efectivos les atribuye “haber hecho insertar datos falsos en las actuaciones labradas” por la Policía Federal Argentina (PFA), como así también las “privaciones ilegales de la libertad” a los tres sobrevivientes y la “alteración” de los rastros y pruebas”.