El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) informó que la inflación se desaceleró levemente en el mes de noviembre, contradiciendo los pronósticos de algunos organismos privados, que suponían que el Índice de Precios al Consumidor, arrastrado por la inercia de los últimos meses, seguiría en alza.
En resumidas cuentas, en noviembre la inflación fue del 2,5 por ciento, en lo que constituyó el menor registro del año, junto con el del mes de agosto. Además, el índice se redujo por segundo mes consecutivo.
La desaceleración de los precios abarcó a casi todos los rubros a causa de la influencia del Programa de Precios Cuidados, al que algunos economistas le atribuían un rotundo fracaso.
Por ejemplo, en el ítem alimentos y bebidas no alcohólicas el alza fue del 2,1 por ciento, contra el 3,4 por ciento de octubre.
Uno de los rubros que más contribuyó a la depresión de los costos fue el de los estacionales, que sólo crecieron un 05 por ciento –contra el 8,1 por ciento de octubre-, que incluyó una fuerte caída en las verduras, que en el Gran Buenos Aires llegó hasta el -11,8 por ciento. También fueron mucho menores los aumentos en frutas e indumentaria.
Los precios de los regulados (por ejemplo, tarifas eléctricas y del transporte público en el interior del país) sólo se incrementaron el uno por ciento, contra el 1,9 por ciento en octubre.
La única división que aceleró su tasa inflacionaria fue restaurantes y hoteles, llegando al cinco por ciento (contra el 4,1 por ciento en octubre), seguida de cerca por prendas de vestir y calzado, que llegó al 4,1 por ciento, contra el 5,1 por ciento de octubre.
De todos modos, casi todas las divisiones desaceleraron sus costos en noviembre, en especial en el rubro de los alimentos. Por el contrario, en esta división la nota la dieron las carnes, que siguieron su carrera hacia el alza.
En estos rubros, bebidas alcohólicas y tabaco aumentó el 1,1 por ciento, la mitad del mes de octubre. Bienes y servicios varios crecieron un dos por ciento (contra el tres por ciento en el mes anterior), en especial por el impacto de los productos de cuidado personal.
Otra división fue saludm que creció el 2,4 por ciento (4,7 por ciento en octubre), tras tres meses de subas autorizadas en las prepagas. Dos rubros que se mantienen estables hacia la baja son comunicación (0,8 por ciento, contra 1,1 por ciento en octubre) y educación (0,8 por ciento, contra 1,4 por ciento en octubre).
Si bien la inflación núcleo fue del 3,3 por ciento en noviembre, en términos interanuales se ubicó en el 51,2 por ciento y en lo que va del año llegó al 45,4 por ciento. Es necesario aclarar que la inflación núcleo es la que excluye los precios de los productos cuyos precios son estacionales y excluye también los factores externos a las políticas monetarias, como guerras y conflictos. La interanualidad es la medición de la inflación con respecto a los últimos 12 meses (noviembre 2020 a noviembre 2021). El 45,4 por ciento es el acumulado desde enero de 2021.
En la ocasión, el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti afirmó en un mensaje transmitido por la red del pájaro azul que “el programa Precios Cuidados ha funcionado muy bien desde su puesta en marcha el 20 de octubre, y cumplió el objetivo de garantizar una canasta de productos amplia y con precios fijos”.
Luego el responsable de la baja inflacionaria aseguró que ese programa “ha operado como un espacio de negociación, diálogo y acuerdo entre el Gobierno y los empresarios”, agregando que operó “también, como una garantía de protección y cuidado para las y los consumidores”.
En el índice de satisfacción de Feletti figuró que “desde la implementación del programa, cada medición semanal realizada sobre los precios de los productos comprendidos en la canasta y su abastecimiento arrojó muy buenos resultados”, contando que “durante este período, las ventas en los supermercados aumentaron”.
A continuación, Feletti destacó que “incluso, ante la disparada de los precios de otros productos de consumo esencial, como son los medicamentos y la carne, inmediatamente acordamos nuevas herramientas para garantizar su acceso a precios accesibles para las y los consumidores”.
En referencia a la previsibilidad del programa, Feletti estableció que “desde que lanzamos la medida, lo hicimos estableciendo una fecha de vencimiento, a partir de la cual, iniciaríamos una nueva fase a partir de un nuevo acuerdo con el sector empresario”, lo que tiene que ver con la fecha de expiración, que se producirá el siete de enero.
Ante algunas notas periodísticas, que anunciaban el fracaso del Programa de Precios Ciudades, Feletti afirmó que “la publicación de información sin contraste ni verificación es animosidad e inquina contra el Gobierno. Esto perjudica a los consumidores, al tergiversar la información y atenta contra el acuerdo entre todos los actores para cuidar y proteger a las familias argentinas”, se quejó el funcionario.
En respuesta al presagio de un matutino que despliega el “periodismo de guerra”, que calificó como “un fracaso” a la gestión, el secretario de estado expresó que “la categoría de Alimentos y Bebidas no alcohólicas aumentó muy por debajo del índice general, el 2,1%, registrando una baja de 1,3% puntos porcentuales respecto al incremento de octubre”.
Finalmente, para cerrar su hilo de mensajes, Felettí aseguró que “si queremos cambiar la realidad social que dejan la crisis y la pandemia, debemos: 1º) Impulsar la demanda y el consumo interno, motor de nuestra economía; 2º) Cuidar los ingresos de las familias, y 3º) Generar la estabilidad y previsibilidad que necesitan las y los argentinos”.
Game Over.