El presidente de la Cámara de Casación Penal, Alejandro Slokar, habló sobre la relación entre la política y el derecho. En declaraciones al diario Perfil se declaró orgulloso fundador de Justicia Legítima y heredero de la cátedra de Eugenio Zaffaroni al sostener: “Bajo el rótulo de Justicia Legítima nos dimos cita, funcionarios, pero también no magistrados ni defensores, fiscales, jueces que tenían diferentes procedencias. Había radicales, peronistas, algún socialista. Me siento orgulloso de haber dado origen a ese debate”.
Al referirse a Eugernio Zafaroni expresó: “Raúl Zaffaroni es un codex universal hoy. Está en el núcleo de los diez juristas más importantes del mundo. Tuvo la enorme bondad de cobijarme. El mainstream jurídico argentino siempre renegó de Zaffaroni. El suyo es un pensamiento muy complejo, se prodiga a través de muchísimos campos. No hay un Zaffaroni, sino muchos. En mi caso, la herencia de la cátedra de Derecho Penal, la lectura de ese positivismo exegético del orden del análisis estrictamente normativo de la cuestión penal es indispensable. Ese modelo integrado hace confluir saberes tales como la sociología, la indispensable filosofía, la ciencia política”.
Y agregó: “Por eso es un factor revulsivo. En el aparato jurídico que comprende al Poder Judicial, y también a las universidades, hay una tradición conservadora, retardataria”.
En cuánto a la relación entre política y justicia, Slokar precisó: “El intercambio entre poderes y la relación de cooperación es indispensable. Hay experiencias muy saludables. En 2006, la Corte generó una comisión interpoderes que nucleaba a actores de la Justicia, encabezados por la propia Corte, del Legislativo más el Ejecutivo, para destrabar el cuello de botella que generó la derogación de las leyes de impunidad. Es una prueba gráfica de cómo coordinar la labor entre poderes. Son aportes de síntesis para arribar al mejor resultado. Lo que demanda la ciudadanía es responsabilidad del orden funcionarial, político, estatal. El reparto competencial entre estamentos debería relativizarse. La exigencia de la sociedad es encontrar definitivamente soluciones a problemas centrales”.
Cuando fue consultado sobre la conformación de la Corte Suprema de Justicia, el funcionario manifestó: “Es una anomalía que cuatro jueces sin mujeres conduzcan la Corte. Institucionalmente indefendible. Es un problema estructural. Insisto con la bondad de las trayectorias de quienes integran el máximo tribunal del país. Soy partidario de la feminización del Poder Judicial”.
En ese contexto explicó cómo podría llevarse a cabo: “Hay que romper el techo de cristal y que los cristales que se rompen no generen más lesiones. La suerte de un Poder Judicial que no reproduzca vicios del orden patriarcal viene de la mano de mayor integración de mujeres en cargos decisionales, en estructuras de vértice. Hay estudios desde el 80 que revelan eso. La iconografía de la Justicia se expresa en la imagen de una mujer desde la tradición egipcia, la diosa Maat. De allí pasó a la cultura mediterránea. Una Corte sin una mujer es más que una anomalía”.
El presidente de la Cámara de Casación Penal se refirió a la movilización del oficialismo contra la Corte y sostuvo: “El control de todas las instituciones por parte del protagonismo popular en las calles contribuye a la democracia, sea del signo que fuere la movilización. Creo en la democracia participativa y no absolutamente formal. No veo inconveniente en que se exprese en términos de derecho de protesta cuál debiera ser el rumbo que tienen que adoptar las autoridades respecto de algunos déficits ostensibles. Entiendo que el refugio de cualquier magistrado es entender que no debe ceder a presiones. No aliento, convoco, ni forme parte de ninguna movilización, pero tampoco interpreto que no contribuya a un debate democrático más amplio”.
Con respecto a la posibilidad de que la presidencia del Consejo de la Magistratura sea presidida por el presidente de la Corte, Slokar dijo: “Expreso mi opinión y no transmito el punto de vista del cuerpo que represento institucionalmente. La decisión adoptada por la Corte a tres lustros de haberse promovido ese reclamo y que emplaza en cuatro meses al Poder Legislativo a adoptar una definición inmediata y, peor aún, en alguna interpretación todavía repone el orden normativo anterior dándole vigencia a una ley derogada, una suerte de zombie jurídico, me parece innecesaria. Desde el diálogo y el intercambio institucional se podría llegar al mismo resultado con una modificación legislativa”.
Y exlplicó: “Desde esa perspectiva, la pretensión es que se reponga un orden anterior en el que el titular de la Corte es también del Consejo. No le haríamos el mejor favor a la Corte si le sumamos la tarea administrativa de presidir el Consejo de la Magistratura. La presidencia del Consejo en manos del presidente de la Corte pone en crisis su independencia interna”.
Por último, el titular de Casación Penal se refirió a la relación entre justicia y medios: “En favor de la transparencia, la mayor publicidad de la resignificación que tiene tantas veces la noticia judicial en los medios obliga a esa correa de transmisión, a esa retroalimentación entre medios y Justicia que es indispensable. No existe labor más importante desde el punto de vista hasta pedagógico, que la mejor transmisión de la información. Además, los fallos deberían ser mucho más accesibles empezando por la tecnología y traducirse en el mejor sentido desde el periodismo. Dista de algún tipo de desvío, ya no de parte de periodistas, sino de corporaciones periodísticas que son decididamente empresarios que pueden pugnar en favor de otro tipo de intereses”.