El gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, sigue poniendo la mirada sobre el acuerdo con el FMI y continúa sosteniendo lo dicho al momento de anunciarse el entendimiento a fines de enero: que sin acuerdo habría una catástrofe y que no es culpa de este gobierno.
En el entorno del gobernador le aseguraron a Infobae que Kicillof “se va a mantener lo más al margen que pueda” y que el mandatario ya leyó el texto y aunque buscará no interceder de forma directa, seguirá con atención el impacto que puede tener sobre la diaria bonaerense.
Pese a algunos matices, en términos generales Kicillof acompaña el camino que transita Alberto Fernández. Pese a las diferencias que pudieran existir en La Plata repiten que tienen la responsabilidad de gobernar. Antes del envío del proyecto al Congreso, Kicillof mantuvo una reunión de trabajo con la vicepresidenta Cristina Kirchner. Hubo un repaso de la gestión provincial y una señal hacia adentro de la coalición gobernante.
El acompañamiento existe, pero hay distancias entre lo que dice el texto que debatirán legisladores con lo que cree Kicillof. Uno de los puntos es qué hacer con la política de subsidios. La provincia de Buenos Aires ya se hizo cargo de los subsidios al transporte y energéticos que delegó la gestión nacional de Mauricio Macri a la administración de la exgobernadora María Eugenia Vidal. La intención del gobierno provincial era que en algún momento estos subsidios sean absorbidos nuevamente por Nación. Pero bajo el actual contexto esa gestión parece muy lejana.
En el proyecto que llegó al Congreso, se busca un esquema para atar la evolución de los precios de servicios públicos al crecimiento de los salarios, con sistemas diferenciados de acuerdo al nivel de ingresos de cada usuario. El programa prevé como meta reducir el gasto en subvenciones a la energía en torno de 0,6% del PBI. Días atrás, Kicillof fue contundente sobre este punto.
De acuerdo a lo publicado por Infobae, el ajuste es algo que no negociará el gobernador. Pero, el texto a debatirse en el Congreso pone como metas fiscales un déficit primario de 2,5% del PIB en 2022 (criterio de ejecución cuantitativo), que se reducirá a 1,9% del PIB en 2023, y a 0,9% en 2024.
En medio de las diferencias y la salida de Máximo Kirchner de la conducción del bloque del Frente de Todos, el gobernador mantiene una posición intermedia. Cerca del mandatario bonaerense dejan trascender que su posición sigue siendo la misma y que donde hay que mirar es en Juntos por el Cambio.