Uno de los canales culturales más destacados, "Film & Arts", a partir del miércoles pondrá en la pantalla chica, a las 23, la propuesta "Grandes citas", con la presentación de Howard Goodall. La temática que se abordará tendrá como eje central descubrir en tres capítulos que las piezas musicales más importantes no fueron concebidas de casualidad, sino que tuvieron un lugar, un contexto cultural y político.
En el ciclo, Goodall intentará dibujar comparaciones a través de las artes, para mostrar los eventos políticos reflejados en la música, para unir las filosofías y los debates del momento, como son expresadas en las piezas musicales.
La gran música es grande porque es la reunión de un regalo particular y un momento en la historia. Ningún compositor importante ha sido ajeno a los movimientos de su tiempo. Las obras maestras de la música no son simplemente hermosas o poderosas: ellas expresan su época mejor que las palabras o las imágenes porque articulan los sentimientos humanos en tiempos de grandes cambios y convulsiones. En cierto modo, la música le ha dado voz a la gente cuyos destinos han sido re escritos.
Miércoles 20 de julio: "1874 – Wagner y el Anillo"
En 1874, después de 25 años de trabajo, Wagner finalmente completó su monumental ciclo de óperas "El Oro del Rin". En ese año, los alemanes intentaban forjar una identidad nacional basándose en su pasado mítico, y el resto de Europa lidiaba con las implicancias de "El origen de las Especies", de Darwin y "El Capital", de Marx. La música de Wagner tendría un legado nefasto: los nazis la admiraron por motivos estéticos y por los puntos de vista extremadamente racistas de su compositor.
Miércoles 27 de julio: "1791 – Mozart y la Flauta Mágica"
1791 fue un año de grandes cambios políticos: Luis XVI fue decapitado en Francia; el Congreso de los Estados Unidos adoptó la Declaración de Derechos y la Constitución, y las ideas de Rousseau y de la Ilustración eran las predominantes. Fue también el año en el que Mozart escribió la enigmática ópera "La Flauta Mágica" y su renombrado Réquiem; y luego murió. Las misteriosas circunstancias alrededor del encargo de este último trabajo contribuyeron al mito de que el compositor había sido asesinado.
Miércoles 3 de agosto: "1937 – Shostakovich, Stalin y Hitler"
En 1937, el fascismo se apoderaba de Europa y el terror de Stalin se encontraba en su cumbre. Allí, los compositores debían adaptar sus conciencias a los requerimientos artísticos de los regímenes totalitarios. En Alemania, la música de Kurt Weill estaba prohibida porque era judío, moderno y de derecha. Mientras los nazis estaban ocupados prohibiendo el jazz, en los Estados Unidos, Duke Ellington, Count Basie y Billie Holiday lo mostraban como el sonido indiscutido del momento. Y la imponente "5ª Sinfonía" de Shostakovich era escrita en la cumbre de la opresión stalinista.