El triunfo de Néstor Kirchner en las elecciones presidenciales amenaza con devastar al bloque justicialista en la Legislatura porteña. A la segura deserción de Alberto Fernández, que ya fue designado como jefe de Gabinete por el mandatario santacruceño, es posible que se sumen otros seis diputados en algún momento.
Un rumor ubica a Jorge Argüello -si bien éste le aseguró a NOTICIAS URBANAS que por el momento no piensa en abandonar el edificio de Perú 130- como integrante del gabinete de Gustavo Beliz. Si, finalmente, la especie se demostrara verdadera, su lugar sería ocupado por Víctor Picciano, un estrecho colaborador del próximo ministro de Justicia.
Dos de los diputados más cercanos a Gustavo Beliz -María Lucila "Pimpi" Colombo y Jorge Srur- también podrían partir junto con él rumbo al Ministerio de Justicia en el que la primera podría ocupar un cargo en el área de la administración carcelaria. La relación del otro diputado "belicista", Lucio Ponsa Gandulfo, con su jefe político no está pasando por su mejor momento, por lo que su destino seguiría atado al bloque justicialista porteño.
Si Srur y Colombo decidieran aceptar el ofrecimiento del líder de Nueva Dirigencia, sus reemplazantes podrían ser Miguel Ángel García Moreno -un ex militar que pisa fuerte en la circunscripción 17ª-, y Ana Maiorkevich, una ex miembro del partido de Beliz, que ahora milita en el Frente Grande.
Guillermo Oliveri, por su parte, podría acompañar a Rafael Bielsa al Ministerio de Relaciones Exteriores. Su lugar podría ser ocupado por Diego Santilli, pero éste asumió hace unos meses como diputado nacional en lugar de Inés Pérez Suárez, que a su vez había asumido en lugar del actual vicepresidente de la Nación, Daniel Scioli. Si Santilli decidiera seguir siendo diputado nacional, que es lo más probable, su lugar sería ocupado por Fabián Valle.
Eduardo Valdés, en cambio, si bien es un estrecho colaborador de Bielsa, tiene la intención de permanecer en la Legislatura para comenzar a construir una agrupación "kirchnerista" en la Ciudad. Esto lo convertiría en la mosca blanca de los legisladores porteños cercanos a Kirchner, que por estos días merodean nerviosamente los pasillos del Gobierno nacional, deseosos de permanecer, aunque sea, en las cercanías del hombre del sur.