El presidente Alberto Fernández tiene confianza sobre el desenlace del esperado debate en el Senado por el acuerdo con el FMI, que tendrá lugar este jueves. “Está todo arreglado”. fue la frase que utilizó un funcionario de la Presidencia para definirle a Infobae la confianza que tiene
Sin embargo, el jefe de Estado se verá obligado a monitorear la sesión a través de los senadores y gobernadores justicialistas. Los puentes están rotos con la presidenta del Senado, Cristina Kirchner, quien, en el pico de los cruces internos en el oficialismo, marcará el pulso de la discusión en el recinto.
En el Gobierno dan por descontado que, después de la aprobación en Diputados, con el apoyo de Juntos por el Cambio y parte del Frente de Todos, la discusión sobre tablas en la Cámara alta terminará en la sanción de la ley que la Casa Rosada y el Ministerio de Hacienda, que conduce Martín Guzmán, necesitan presentarle al organismo internacional para que lo analice el Directorio Ejecutivo la semana que viene y se apruebe a tiempo para afrontar el pago de 2800 millones de dólares que vence el martes próximo.
Alberto Fernández seguirá lo que pase en el Senado desde Salta, a donde viajará este jueves para participar de una actividad de estilo proselitista por la entrega de viviendas, en el marco del “relanzamiento” de su gobierno en modo de campaña adelantada. Pero tendrá un ojo constantemente direccionado al desarrollo de la discusión legislativa. No le será tan fácil como en Diputados.
Para evaluar el devenir del debate en tiempo real, dijeron fuentes oficiales, se valdrá de los reportes del presidente del bloque, José Mayans, que, a pesar de su cercanía de la Vicepresidenta, trabajó para facilitar la aprobación en atención a los reclamos de los ejecutivos de las provincias, reacias a recibir el impacto de un default; y del jefe de Gabinete, Juan Manzur, que viaja al Norte con Fernández y estará en contacto con los senadores afines a los gobernadores con los que tiene relación fluida: Ricardo Quintela (La Rioja); Raúl Jalil (Catamarca); y Osvaldo Jaldo (Tucumán).
Por la tarde, también estará en el Palacio del Congreso el secretario de Relaciones Parlamentarias, Fernando “Chino” Navarro, que además de ser dirigente de Movimiento Evita tiene despacho en la Casa Rosada y en los últimos días también contactó a varios legisladores para intentar sumar apoyos.
Manzur estuvo interviniendo fuerte en el “poroteo”, más por su nexo con los gobernadores -es el jefe provincial en uso de licencia de Tucumán- que como jefe de Gabinete
Por su parte en el kirchnerismo ya dieron sobradas muestras, con Cristina Kirchner y Oscar Parrilli a la cabeza, de que resistirá el acuerdo hasta el final. En el ámbito legislativo, pero también, muy probablemente, durante la aplicación de las medidas económicas que exige el Fondo en el transcurso de los próximos dos años de administración nacional. De todas formas, el Gobierno confía en que al menos veinte de los 35 legisladores que componen el bloque del Frente de Todos acompañarán la iniciativa.
Según Infobae, más allá de los cimbronazos en la coalición opositora y del rechazo del kirchnerismo, el Gobierno está muy confiado en que conseguirá los votos y los números por ahora le cierran. Alberto Fernández está “tranquilo”, aseguraron en su entorno. El antecedente de Diputados; los diálogos privados de los últimos días; y el estilo poco confrontativo del debate en la Comisión de Presupuesto -la única a la que fue girado el proyecto para acelerar los tiempos- le dieron la pauta al Ejecutivo de que contará con el apoyo de la oposición de Juntos por el Cambio y la mitad del bloque del Frente de Todos, que, al igual que en Diputados, votará dividido.