Hace poco más de diez días, dos chicos murieron durante un incendio que se produjo en el Hogar Piedralibre, que dependía del Gobierno de la Ciudad. El establecimiento no reunía las condiciones para su función: estaba construido con material altamente inflamable, no tenía revestimientos anti incendios ni tampoco matafuegos, entre otras irregularidades.
Sin que haya habido que lamentar todavía ningún accidente fatal, el jardín maternal Pampita, que actualmente funciona en Gallo 1255, se suma a la lista de edificios dependientes del Poder Ejecutivo porteño que no cumplen con las normas de seguridad e higiene. Con el agravante, en este caso, que funciona desde hace aproximadamente 10 años.
"Está en condiciones deplorables, las instalaciones no reúnen las condiciones mínimas de esparcimiento, hay desprendimientos de cielo raso y, cuando lo visitamos, la instalación eléctrica estaba expuesta", afirmó a NOTICIAS URBANAS el defensor adjunto del Pueblo de la Ciudad, Gustavo Lesbegueris. "También observamos que los cuartos son muy pequeños, el patio no es cubierto y cuando llueve no pueden salir. Hay que tener en cuenta que asisten 150 chicos, que permanecen allí desde las 7 de la mañana hasta las 7 de la tarde", agregó.
El defensor acudió en mayo a inspeccionar el inmueble, debido a los reclamos que recibió de parte de los padres de los chicos que allí asisten. Según explicó, la guardería trabaja -desde hace diez años- y las quejas vienen "de larga data". "En el 98 los padres lograron que se sancionara la expropiación de un terreno ubicado en Guardia Vieja 3950, de 1030 metros cuadrados para construir un nuevo jardín", detalló Lesbegueris.
Sin embargo, aún el inmueble no está construido. En el año 2000 la secretaria de Educación porteña llamó a licitación pública y resultó adjudicataria la empresa José Luis Triviño, que no cumplió con lo pautado en los pliegos. "El inicio de obras estaba previsto para el segundo semestre de 2000, así que para el comienzo del ciclo lectivo de 2001 la guardería debería haber estado funcionando en Guardia Vieja", aseguró el defensor. Como esto no sucedió, comenzó una disputa entre la Dirección de Infraestructura de la Secretaría de Educación y la empresa. Finalmente, se le dio una última autorización de prórroga para concluir la obra en noviembre de 2001.
"La inscripción al ciclo lectivo 2002 se hizo pensando que se iba a hacer en el nuevo edificio", subrayó Lesbegueris. Ante una nueva decepción, los padres, indignados, acudieron a la Defensoría. "Después de esta movida -relató el ombudsman adjunto- la secretaría de Educación hizo una consulta a la Procuración General de la Ciudad y desde allí le dijeron que se podía rescindir los contratos de obra". Lesbegueris aseguró que desde la secretaría de Educación les comunicaron que se iba a firmar un acta entre el jefe de Gobierno, la mencionada secretaría y Autopistas Urbanas S.A. (AUSA) para que esta última se haga la construcción.
Según informaron en la Defensoría, el contrato de obra con la empresa Triviño fue por un total 679.800 pesos y se habría pagado sólo la mitad. También puntualizaron que falta construir un 50 por ciento.
PROMETEN UNA PRONTA SOLUCIÓN
Por su parte, el director de Infraestructura de la Secretaría de Educación porteña, Luis Rey, le aseguró a NOTICIAS URBANAS que entre esta semana y la que viene se definiría la contratación directa con AUSA para la finalización de la obra. "Tenemos que pulir los términos del nuevo contrato", afirmó el funcionario. "El que había con la empresa anterior ya está rescindido: la resolución fue firmada hace aproximadamente 15 días", aclaró.
"Iniciamos una gestión en el 2000. Ahí fue cuando contratamos. Después como no cumplieron se los multó y se siguieron todos los pasos correspondientes, hasta terminar con la rescisión del contrato", manifestó Rey, al explicar las demoras en la inauguración del nuevo edificio.
Cuando el Hogar Piedralibre -que dependía de la Secretaría de Desarrollo Social- se incendió, desde la Dirección General de Verificaciones y Habilitaciones (DGVH) argumentaron que ese organismo no tenía poder de policía para verificar los establecimientos gubernamentales. Rey confirmó estos dichos, al referirse al jardín Pampita y a los demás establecimientos que dependen de la Secretaría de Educación. Afirmó que "no hay un ente externo que habilite". "No se pide una habilitación en términos formales como cuando es un privado. En el caso de los alquileres nosotros emitimos un informe técnico, al momento de iniciarlo", explicó.
Con respecto a la elección de AUSA para continuar la construcción de la nueva guardería -la misma empresa realizó las refacciones en el Hogar Piedralibre hace dos años, sin instalar, según se sospecha, un adecuado sistema de seguridad- el funcionario señaló que quien realizara la obra tendría que avenirse "a los parámetros de calidad que le estableceremos". "Vamos a hacer la inspecciones de obra como si fuera a un tercero, por más que sea una empresa con mayoría de participación de capital estatal", remarcó.