El gobierno de Estados Unidos cree que la Argentina está jugando un “papel positivo” en la defensa de Ucrania ante la invasión ordenada por Vladimir Putin. Pero Estados Unidos también enfatizó que “se necesita más”, y que los gobiernos democráticos deben unirse para defender la democracia y los derechos humanos.
Un funcionario del Departamento de Estado le dijo a La Nación: “La Argentina, como presidente del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, está desempeñando un papel positivo en el sistema de la ONU para defender a Ucrania y contra la agresión rusa”.
Y agregó: “Mientras Rusia continúa con su brutal guerra de elección, se necesita más. Los gobiernos democráticos deben unirse para defender los valores democráticos y los derechos humanos”.
El funcionario sostuvo también: “Los Estados Unidos, la Argentina y otros países continúan apoyando al pueblo ucraniano en su defensa de su país y su democracia de la agresión rusa no provocada, incluso a través de asistencia humanitaria, económica y de seguridad”.
Estados Unidos ha lanzado una contundente campaña diplomática para aislar a Rusia y al gobierno de Putin del mundo, un esfuerzo que ha tenido resultados mixtos y que ha dejado al descubierto una grieta global. Una amplísima mayoría de países condenó en la Asamblea General de las Naciones Unidas la invasión a Ucrania, pero una mayoría más exigua respaldó la expulsión de Moscú del Consejo de Derechos Humanos. Y el intento de sacar a Rusia de otros foros internacionales, como el G-20, no ha tenido éxito.
La postura del gobierno de Alberto Fernández respecto de la invasión de Rusia a Ucrania quedó bajo la lupa luego de la gira presidencial por Moscú y Pekín y las señales de sintonía con Putin. Fernández se reunió con Putin en el Kremlin días antes de la invasión, y le dijo que la Argentina debía ser “una puerta de entrada” de Rusia a América latina, una frase que quedó manchada tras el inicio del nuevo conflicto en Europa del este.
La primera reacción del Gobierno a la invasión fue ambigua y evitó una condena directa a la agresión del Kremlin ante las divisiones internas en el oficialismo respecto de la política exterior –que también se extienden a otras áreas, como la política económica–, pero finalmente la Cancillería condenó la “operación militar especial” lanzada por Putin.
La Argentina luego respaldó las dos votaciones más importantes en la Asamblea General de la ONU, la condena a la ofensiva militar, y la expulsión de Rusia del Consejo de Derechos Humanos, una postura que incluso diferenció a la Casa Rosada de aliados en la región, como el gobierno de Andrés Manuel López Obrador en México, que decidió abstenerse.