El secretario de comercio, Roberto Feletti tiene previsto reunirse con los ministros Guzmán y Kulfas para reclamar un salto brusco en las retenciones al girasol, al maíz y al trigo. En su visión, de esa manera se desacoplan los precios internacionales de los internos. Y pretende llevar las retenciones de girasol del 7 al 15%, del maíz, del 12 al 20% y del 12 al 25% las del trigo.
En ese contexto, la Casa Rosada lo leen como otra presión hacia el Gobierno desde el ala que cuenta con el apoyo de Cristina y de Máximo Kirchner. Justo cuando arranca la siembra del trigo y mientras se busca dar señales de tranquilidad para que en medio de la invasión rusa a Ucrania, Argentina aparezca en el mundo como un proveedor confiable y pueda aprovechar los altísimos precios del cereal. La cotización del trigo cerró el viernes en 428,90 dólares por tonelada cuando hace un año valía 253 dólares.
Precisamente el ministro Julián Domínguez señaló en un congreso triguero en Mar del Plata en el congreso que las retenciones recién podrían tocarse en diciembre de 2023, cuando este gobierno haya terminado. Una manera de decir que no se van a modificar.
Según Clarín, cerca del ministro de Economía observan la idea de Feletti como un intento de “meter ruido”. Por cierto, quienes siguen la cosecha advierten que no habría a quién cobrarles las nuevas retenciones ya que en el caso del trigo, la cosecha vieja está toda vendida. Y en la que aún no se sembró, los exportadores adelantaron 10 millones de toneladas que al declararse pagaron las retenciones vigentes.
“Feletti puede plantearlo pero no va a encontrar ningún eco” , insistieron desde la Casa Rosada tratando de silenciar el tema ante el temor de una reacción de un sector como el campo, que “ha demostrado su capacidad de movilización y de sumar a sus reclamos a amplias capas de la clase media”.
De acuerdo a Juan Garzón, de la Fundación Mediterránea, Argentina “ya tiene su mercado de exportaciones intervenido con retenciones, cupos y fideicomisos. Y a pesar de esas medidas la inflación en alimentos es muy alta, de 60%, cuando en el resto de los países que no tienen retenciones está en el 10 o a lo sumo el12%”.
Para Garzón las retenciones pueden funcionar en una economía más básica como la del siglo XIX. Por entonces, las materias primas estaban cerca del consumidor final, al sostener: “A medida que el proceso de transformación se desarrolla y la economía se vuelve más sofisticada con actores industriales, logística y cadenas de comercialización el rastro de la materia prima se va perdiendo en el proceso y el consumidor final queda alejado del producto primario. Es una herramienta poco efectiva si se piensa en bajar precios y no hay desacople porque lo más probable es que no llega a la góndola”.
Según Clarín, hoy muy pocos países siguen aplicando retenciones. Nunca ocurrió en EE.UU . Y en esa lista no figura ninguno de nuestros competidores. Tampoco, nuestros vecinos. El ranking esta encabezado por Indonesia, Rusia, Kazajstán, Uzbekistan, Costa de Marfil y Tanzania. Y Argentina es el país que más grava a las exportaciones en relación a su recaudación total.