Es indudable que Stolbizer arrastra votos no peronistas, pero también votos no duhaldistas. Ese es el punto que puso en el centro de la mira el ex ministro de Economía cuando pensó en una candidatura para el distrito más poblado del país.
Se supone (o se suponía) que ese puesto estaba asegurado para el empresario Francisco de Narváez, pero detrás de la dirigente del partido de Alem se alinean cuarenta y dos intendentes, un caudal electoral que sólo con buenas intenciones y voluntad no se puede alcanzar.
Stolbizer, sin embargo, es un hueso duro de roer: contraria desde siempre a una alianza entre la UCR y Lavagna, sus preferencias en esa materia siempre se inclinaron hacia el socialismo, los sectores de centroizquierda independientes, el sindicalismo contrario a la CGT y hasta Elisa Carrió, con quien estuvo a punto de cerrar un acuerdo.
Detrás de Gerardo Morales, el presidente de la UCR, se sabe que está Raúl Alfonsín y la vieja nomenklatura bonaerense: Federico Storani, Leopoldo Moreau y otros, todos de excelentes relaciones con el ex senador Eduardo Duhalde.
Pero Stolbizer pretende desbancar a esa conducción "en las sombras", al punto que casi se queda con la presidencia del Comité Provincia de ese partido (es secretaria general en minoría).
"Es una luchadora, una mujer de principios", dijo ayer al sitio clarín.com De Narváez. Según ese canal informativo, la dirigente (ex duhaldista) que tiene vínculos más cercanos
con Stolbizar es Marina Cassese, ambas vecinas de Morón.
"Lavagna me busca, porque en las encuestas no sube ni con fórceps", dijo ayer la dirigente radical, sorprendida también porque otro que la anda buscando es el ingeniero Juan Carlos Blummberg.
"Hasta Alfonsín me está buscando", dijo Stolbizer, quien se animó a enfrentar al "dinosaurio" en las internas del 2005, que no ganó por un margen mínimo. La Convención Nacional de la UCR sesionará el próximo 23 de marzo: entonces se definirá la estrategia del final, y se sabrá si hay vencedores y vencidos.