La mesa chica de la Confederación General del Trabajo (CGT) se reunió el lunes donde analizaron el clima crítico de la pelea interna en el Frente de Todos y acordaron tener “un rol más activo” para defender el modelo sindical, las paritarias libres y el sistema de obras sociales y, a la vez, poner en marcha los mecanismos internos para hacer una movilización de protesta.
Son las señales más evidentes de que el sindicalismo, en sus distintas fracciones, puede terminar en la calle para exigir que se respeten “los derechos de los trabajadores”, aunque, en los hechos, será una forma de llamarle la atención al poder político, según se habló en el encuentro de unos 15 gremialistas en UPCN, entre las 19 y las 21.
Lo significativo es que todos los dirigentes cegetistas coincidieron en su preocupación por la situación económica y resolvieron no difundir ningún comunicado sobre la designación de la nueva ministra de Economía hasta que no tome sus primeras medidas: no hay desconfianza, pero sí cautela acerca del rumbo económico del Gobierno.
En la reunión del lunes se cuestionó que la Casa Rosada siga sin definir claramente un plan antiinflacionario: “Cerramos aumentos altos en las paritarias, pero al día siguiente quedan desactualizados porque los precios no aflojan”, se quejó un sindicalista.
En UPCN, la dirigencia gremial conversó sobre la situación de “extrema debilidad” en que quedó Alberto Fernández tras la renuncia de Martín Guzmán y el avance de Cristina Kirchner para imponerle un reemplazo en Economía, por lo que quedaron en “no participar de la interna del Frente de Todos” y “trabajar para que se respete la institucionalidad”, es decir, para que el Presidente pueda terminar su mandato sin zozobras ni intentos de que se vaya antes de diciembre de 2023.
Es que varios referentes de la CGT sospechan de las intenciones de la Vicepresidenta: en general no creen que apueste a desplazarlo a Alberto Fernández para asumir la Presidencia, pero sí que seguirá desgastándolo para que pague los costos del ajuste económico y quedar intacta desde el punto de vista electoral para ser competitiva en las urnas.
En ese sentido, hubo dirigentes que insistieron en blindar políticamente al ministro de Trabajo, Claudio Moroni, con el que la CGT mantiene una relación inmejorable, y tratar de evitar que sea empujado del gabinete por el kirchnerismo duro. En la central obrera se han juramentado en evitar que desembarque en Trabajo alguien vinculado con La Cámpora o con Héctor Recalde, el ex diputado alineado con Cristina Kirchner, desde donde hace mucho que buscan copar la cartera laboral.
El encuentro en UPCN iba a ser limitado a la mesa chica, pero finalmente se amplió a otros sectores: por eso estaban miembros de la alianza sindical que maneja la CGT, como Héctor Daer (Sanidad), de “los Gordos”; Carlos Acuña (estaciones de servicio), del barrionuevismo, y Andrés Rodríguez (UPCN), Gerardo Martínez (UOCRA) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), de los independientes, pero también hubo exponentes del moyanismo como Pablo Moyano (camioneros) y algunos de sus aliados, como Mario Manrique (SMATA). También estuvieron Guillermo Moser (Luz y Fuerza), quien pertenece a la corriente Sindicatos en Marcha para la Unidad Nacional (SEMUN), y otros dirigentes como Abel Furlán (UOM), Sergio Romero (UDA), Rodolfo Daer (alimentación), Jorge Sola (seguros), Juan Carlos Schmid (dragado y balizamiento), Mario Calegari (UTA), Víctor Santa María (encargados de edificios) y Norberto Di Próspero (empleados legislativos).
Según Infobae, hablaron casi todos, y en la mayoría afloraron críticas contra Alberto Fernández y Cristina Kirchner, aunque finalmente predominó la idea de mantenerse a la expectativa de los anuncios económicos que hará Batakis antes de dar una opinión. Incluso se planteó la necesidad de gestionar una urgente audiencia con la nueva ministra: además de un plan antiinflacionario, los dirigentes quieren garantías de que el Gobierno ahora ayudará a las obras sociales a superar su déficit financiero, tal como Alberto Fernández volvió a prometerles el viernes pasado antes del acto en la CGT.
Claro que ese compromiso presidencial fue efectuado delante de Guzmán, quien hasta entonces retaceaba fondos para compensar las prestaciones por discapacidad, que representa el mayor porcentaje de gastos del sistema de obras sociales. ¿Batakis le dará a la CGT lo que está exigiendo?
También por las dudas sindicales, que no se disipan, la central obrera avanzará hacia su movilización callejera: lo debatirá formalmente el Consejo Directivo cegetista el 14 de julio, el mismo día en que el INDEC difundirá la inflación de junio. Por lo visto, la CGT prepara su propio Día de la Independencia.