El expresidente Mauricio Macri está convencido de que recupera puñados de crédito con cada tropiezo de la gestión del Frente de Todos y que necesita conservar la expectativa en torno a su figura para retener la centralidad en Juntos por el Cambio.
Macri planea definir si competirá o no en las próximas elecciones recién en marzo o abril de 2023.
Con ese panorama, y con la incógnita sobre su futuro a cuestas, el expresidente mide sus chances de regresar al poder con diversos instrumentos: no solo activó una serie de inmersiones esporádicas en el conurbano bonaerense, el principal bastión del cristinismo, y en distritos del interior, para tener “contacto directo” con la sociedad y examinar su nivel de aceptación y rechazo, sino que su equipo volvió a encargar preguntas -”de manera indirecta”, es decir, a través de terceros- a encuestadoras de opinión pública.
Según esos datos, la evaluación de Macri mejoró. De hecho, el exjefe del Estado obtuvo en junio su mejor registro en lo que va del año en los sondeos de Poliarquía: su imagen positiva llegó al 24%. En tanto, la percepción negativa sobre el expresidente cayó del 55% al 52% respecto del mes de mayo.
Los trabajos de Julio Aurelio, de Aresco, también reflejan un crecimiento de la imagen de Macri en el último año. En junio, su valoración positiva llegó al 29%, lo que representa una suba de nueve puntos respecto del mismo mes de 2021. Y la imagen negativa baja de 50% a 43%.
En tanto que según Isonomía, la valoración de Macri se mantuvo estable durante los últimos meses. En promedio, la imagen positiva de Macri se ubica alrededor del 40% y la negativa supera el 50%. En abril del año pasado había pasado el 60%.
▶ Lo que viene y la decisión final
Los números de las consultoras envalentonaron al núcleo duro de Macri y lo asocian a una revalorización del rumbo que había fijado la gestión de Cambiemos, pese a las turbulencias que atravesó la economía por la crisis cambiaria y la escalada inflacionaria.
Amparándose en esos números la mesa chica macrista, sostiene que sería “imbatible” en una PASO de Juntos por el Cambio porque recuperó la centralidad en la fuerza. Evalúan que el exmandatario se impondría sin sobresaltos a la hora de competir en una interna de la fuerza opositora.