El Auditor General de la Nación, Miguel Ángel Pichetto, cuestionó con dureza al papa Francisco. Le pidió que eche a Juan Grabois de su “gabinete papal” luego de las severas advertencias que había lanzado el dirigente social hacia el Presidente en la última protesta piquetera, donde había exigido un salario universal y había alertado que podría correr “sangre en la calle”.
El miércoles Grabois encabezó una nueva jornada de marchas en la Ciudad de Buenos Aires y cortes de rutas en todo el país para reclamar la puesta en marcha de un salario básico universal. Se trató de la primera movilización que el líder del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), un aliado del Frente de Todos, encabeza en contra de la administración de Alberto Fernández.
Al momento de tomar la palabra, el referente social no tuvo piedad con el mandatario: “No nos salgas a decir que hay que calmar a los mercados: vení y calmanos a nosotros, porque hay algunos gauchos y gauchas acá que estamos dispuestos a dejar nuestra sangre en la calle para que no siga habiendo esta hambre en la Argentina”.
Grabois que alienta la sangre en la Argentina debe ser repudiados por todos: La Iglesia Argentina y el Papa Francisco deberían realizar una invocación por la paz y unidad del pais. El Papa debe dejar de encubrir a los que alientan la violencia y expulsarlo de su gabinete papal.
— Miguel Ángel Pichetto (@MiguelPichetto) July 20, 2022
Después de estas declaraciones, el excandidato a vicepresidente pidió que los dichos de Grabois sean “repudiados por todos” e hizo un pedido en particular a la Iglesia Argentina y al Papa Francisco.
“Deberían realizar una invocación por la paz y unidad del país. El Papa debe dejar de encubrir a los que alientan la violencia y expulsarlo de su gabinete papal”, manifestó.
Pichetto agregó: “Sabemos que el Papa está más preocupado por el humanismo de Raúl Castro y ya está demostrado su desprecio por los argentinos. Nada va a aportar como mensaje dirigido a la reconciliación y a que la Argentina reconstruya la visión del trabajo”.
Y concluyó: “Los que alientan la sangre en las calles de la Argentina son asesinos en potencia. Hay que cuidar a los argentinos de bien”.