El presidente Alberto Fernández no le aceptó la renuncia al ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, quien la había puesto a disposición luego del ataque a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner que se produjo el jueves pasado en la puerta de su departamento de Juncal y Uruguay, en el barrio de Recoleta.
Al llegar a las oficinas de su ministerio sobre la calle Gelly y Obes al 2200, el funcionario dijo: “El Presidente sabe que voy a colaborar corriéndome cuando sea necesario”, y aseguró que había comunicado inmediatamente su postura de dar un paso al costado. Sin embargo, el primer voto de confianza se le otorgó con su participación en la reunión de gabinete que se hizo en la Casa Rosada el viernes por la mañana, que fue convocada por Juan Manzur y que tuvo al jefe de Estado sentado en la cabecera de la mesa.
En ese encuentro, Aníbal Fernández se sentó muy cerca del Presidente y frente a Manzur. Fue el encargado de contar en qué estado se encontraba la investigación, que encabezan la jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo, cuando todavía no se había establecido el secreto de sumario.
Sobre las fallas en el dispositivo de seguridad y custodia de Cristina Kirchner, el ministro Aníbal Fernández planteó: “Creemos que los protocolos se han cumplido, los custodios actuaron como corresponde”.
Y justificó: “Estamos ante una situación absolutamente difícil. Fue un hecho muy difícil de resolver, en una situación abierta. En el video se logra descifrar que hay un arma entre la gente después de un rato largo, y en el lugar pasó lo mismo”.
Para reforzar su afirmación de que no hubo errores en la custodia de la Policía Federal, Aníbal Fernández habló de una foto en la cual se ve el “anillo de los cinco (custodios de la PFA) como si fuera un dado y esto demuestra que se han cumplido los protocolos”.
En ese sentido, el ministro de Seguridad aseguró que “cuando comenzamos la gestión, al poco tiempo sacamos un protocolo de preservación de escenas del crímenes. Antes, cada uno actuaba de la mejor manera que podía. Ahora hay un protocolo que dice cómo se tiene que actuar. En este hecho, se trabajó paso a paso con cada uno de los puntos del protocolo”.
En contacto con la prensa, Aníbal Fernández deslindó responsabilidad de la Policía en el “reseteo” que sufrió el teléfono celular de Fernando Sabag Montiel, el hombre que gatilló un arma a centímetros de la cabeza de la ex Presidenta. Según relató, los efectivos que incautaron el móvil se limitaron a guardarlo en una bolsa “faraday” -crean un campo electromagnético para que no se pueda acceder remotamente- y entregárselo a la Justicia.
El ministro también se refirió a las acusaciones que recibió de parte de la presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bobafini, quien pidió públicamente la renuncia del ministro. “Me duele el alma porque ella no sabe qué pasó y opinó sin saber nada; hay que mirar las cosas como son“, le respondió.