En un escenario signado por la inflación y la escalada de conflictividad gremial, los presidenciables de la principal coalición opositora se esfuerzan en lograr una mayor articulación y evitar una dispersión que complique sus posibilidades electorales.
El Pro, UCR, la CC y de Encuentro Republicano Federal intentan alcanzar un consenso ideológico en torno a un plan de gobierno. Uno de los puntos más sensibles de ese debate es la reforma laboral. En el seno de la fuerza coinciden en la necesidad de modernizar y adecuar la legislación laboral –hablan de apelar a “una semántica propositiva” para amortiguar la resistencia de los gremios y combatir los “prejuicios”–, pero difieren en el método para hacerlo.
Con el objetivo de orientar esa discusión y unificar posturas, dirigentes del conglomerado opositor activaron reuniones con gremialistas y empresarios.
El plan larretista
Larreta acelera sus contactos reservados con sindicalistas. Así como teje alianzas en el interior o tiende puentes con el “círculo rojo”, el jefe porteño inició conversaciones hace meses con los principales líderes gremiales, como Armando Cavalieri (Comercio), Héctor Daer (Sanidad) o Antonio Caló (UOM), entre otros.
Su nexo con el universo sindical es Ezequiel Jarvis, subsecretario de Trabajo, Industria y Comercio del gobierno porteño. Hasta hace poco quien oficiaba como interlocutor con Moyano era Diego Santilli. En sus reuniones con sindicalistas –ya se juntó con la mayoría de los integrantes del consejo directivo de la CGT–, Larreta busca acentuar su perfil dialoguista.
En la tropa del alcalde hacen hincapié en un dato: hace diez años que no se crea trabajo formal en la Argentina. Advierten que crecieron, sobre todo, los informales y el cuentapropismo. Por lo tanto, afirman desde Pro, apuntan a reducir las “barreras de entrada al mercado formal”, es decir, el “miedo” de las pymes a contratar empleados no solo por los costos, sino por los juicios laborales. Por eso, planean avanzar con modificar el “sistema de multas”. En paralelo, dicen, reforzarían la política de fiscalización.
Las ideas de Bullrich
En el comando de campaña de Bullrich, quien tiene como espada económica a Luciano Laspina y referente laboral a Dante Sica, también hablan de adecuar la normativa laboral para adaptarlo a las nuevas actividades, formas de negocios y las economías de plataforma. A la vez, pretende avanzar con cambios en las “regulaciones de temas impositivos o fiscales” y reemplazar los planes sociales por un seguro de desempleo.
Bullrich tiene nexos con la mayoría de los sindicalistas, quien muestran resistencia a su figura. A diferencia de Larreta, la titular de Pro apunta a iniciar conversaciones con los gremios en caso de que logre ganar la interna y los comicios. Es decir, quiere sentarse con los sindicalistas una vez que acumule el crédito político y social.
Los diagnósticos de la UCR
Según se desprende del diagnóstico que trazan los especialistas de la UCR, la Argentina se enfrenta a dos problemas. Por un lado, la falta de generación de empleo de calidad, productivo y registrado. Y, por el otro, la profunda caída de la empleabilidad.
En primer lugar, los radicales consideran esencial generar condiciones para que las empresas quieran contratar a un mayor número de personas. Piensan en mantener la ley de contrato de trabajo, pero promover modificaciones. Por ejemplo, evalúan podar las reformas que se realizaron después de la década de los noventa en esa normativa (leyes 24.013, 25.323 y 25.345) que “aumentaron innecesariamente las indemnizaciones y la litigiosidad”.
Desde el campamento radical también impulsan la creación de un régimen laboral similar al de la “mochila austríaca” o al del sistema de la construcción. Sería una “ley marco”, que pueda ser “optativa para los gremios -con habilitación de convenio colectivo- y para las empresas”.
A la vez, elaboran un régimen laboral para microempresas: un marco optativo para sectores como comercio, hoteleros o gastronómicos, que tienen “mucha rotación de personal”. Asimismo, analizan la modificación de la forma de pago de indemnizaciones y del régimen administrativo del trabajo.
La Coalición Cívica va por el consenso
En el Instituto Hannah Arendt, la usina de ideas de la fuerza de Carrió, que tiene como referentes a Javier Campos, Paula Oliveto y Fernando Sánchez, entre otros, también apuestan a una modernización de la legislación laboral.
“Lo que va a venir es una gran revolución la del nuevo y primer empleo. Nuevas relaciones laborales con incentivos que dejarán atrás las temidas contingencias laborales conocidas como la ‘industria del juicio’”, indicaron fuentes del espacio de Carrió.
En la CC consideran que cualquier avance sobre la legislación laboral deberá ser acompañado por la sociedad. En paralelo, promueven “la incorporación de los planes sociales al empleo formal con importantes incentivos” a los jóvenes. Ponen énfasis en el impulso “una capacitación laboral concreta y enfocada en el primer trabajo”.