Si bien la Nación se demora en la antrega de los LECOP, fuentes del Gobierno porteño aseguraron que Aníbal Ibarra está convencido de que no será necesario utilizar el bono "Porteño", que ya está -en previsión de males futuros- en proceso de diseño.
Los funcionarios tienen la promesa del secretario de Hacienda de la Nación, Oscar Lamberto, de que antes del 15 de enero van a estar depositados los casi 100 millones de LECOP en las arcas del Banco Ciudad. En caso de que no fuera así -según evalúa el secretario de Hacienda porteño, Miguel Angel Pesce-, de todas maneras la Ciudad podría arreglarse con sus propia recaudación, aún en el caso de que ésta cayera hasta el 30 por ciento, tomando en cuenta los valores de enero de 2001.
Por medio de la Ley de Emergencia Económica, la Ciudad está autorizada a imprimir bonos por un valor máximo de 360 millones de pesos. Para esta ocasión -siempre y cuando la situación se vuelva realmente crítica- la emisión sería de alrededor de 180 millones de pesos, que servirían para pagar, principalmente, salarios y proveedores, que suman entre ambos 150 millones de pesos por mes.
La fecha eventual de lanzamiento del "Porteño" sería el 1 de febrero, para lo cual el diseño aprobado debería haber estado en la imprenta ya hace varios días, por lo que no se sabe si la gente de Ibarra llegará a tiempo. La gente de Comunicación Social aún no tiene definidos ni el color del billete ni la imagen, que sería de una mujer, entre las cuales podrían estar Alicia Moreau de Justo, Eva Perón o Alfonsina Storni.
A pesar de que no saben bien si confiar en las promesas de Lamberto, la impresión general de los funcionarios porteños es que el bono todavía no será lanzado al mercado. En parte, porque creen que la caída de la recaudación de diciembre fue excepcional, y en parte porque, aún con una caída del 30 por ciento podrían arreglárselas lo mismo. Aún así, el hecho de ser la Ciudad de Buenos Aires -junto con las provincias de San Luis y Santa Cruz- uno de los pocos distritos que es acreedor y no deudor de la Nación, es, en estos tiempos difíciles, un punto en contra y no un punto a favor. Es que entre tantas necesidades, las provincias más pobres lucharán por un sólo LECOP como si fuera el último que hubiera sobre la tierra.