Cuando se encontraron hace dos semanas en el estadio de Banfield para compartir un partido de fútbol, Eduardo Duhalde le aconsejó a Mauricio Macri que no descuidara sus vínculos con el PJ.
Y el ingeniero parece haber tomado nota porque, desde entonces, no hizo otra cosa más que aceitar los hilos con el justicialismo más permeable a un perfil de centroderecha. En estos quince días visitó dos localidades en territorio bonaerense, y este lunes cenará con el gobernador de Salta, Juan Carlos Romero.
La idea es nacionalizar su fuerza política y presentar candidatos propios en el 2005. Más aún, esta semana habló de la posibilidad de construir un frente político capaz de disputar el poder. El centro de su estrategia, sin embargo, sigue siendo la Capital.
Macri pareció dar otra señal el fin de semana pasado, cuando pasó varias horas en el amplio pabellón del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, en Feriagro. La posibilidad de algún contacto más estrecho entre el empresario y Felipe Solá fue el comentario que circuló en la reunión agrícola.
Pero hubo otro rumor aún más audaz: llegó a decirse que un macrista podría ir a uno de los ministerios bonaerenses.
Consultados ambos sectores por NOTICIAS URBANAS, tanto el felipismo como el macrismo desestimaron la versión. La posibilidad, sin embargo, no parece tan descabellada porque tiene un antecedente cercano.
En la última elección porteña, Solá colocó a uno de sus hombres, Julio Balbi, en la lista de legisladores de Compromiso para el Cambio. Balbi es actualmente vocal del Ente Unico Regulador de los Servicios Públicos.
Antes de cenar con Romero, Macri se encontró este lunes con el intendente de Salta, Miguel Issa. Compartió, además, una charla con los principales referentes del Partido Renovador Salteño, entre ellos el ex candidato a vicepresidente de Recrear, Ricardo Gómez Diez.