La Justicia detuvo este jueves a varios integrantes de la agrupación “Revolución Federal” y a su líder Jonathan Morel. Son investigados por el juez Marcelo Martínez De Giorgi en un caso por presuntas amenazas y mensaje violento contra la vicepresidenta Cristina Kirchner, entre otros funcionarios.
Las detenciones las llevó a cabo la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) por orden del juez. El caso se había iniciado por una denuncia de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), a cargo de Agustín Rossi.
Los detenidos son Jonathan Ezequiel Morel -el líder del grupo-, Leonardo Franco Sosa y Gastón Ezequiel Ángel Guerra, quienes también integran Revolución Federal.
La denuncia de la AFI se basa en varias horas de conversaciones grabadas de los miembros de Revolución Federal en redes sociales, más precisamente en Twitter Space, una plataforma que permite a todos los usuarios unirse a foros para escuchar charlas de expositores.
En una de esas charlas, realizada el 26 de octubre pasado, Morel -según la agencia de espías- incitaría a matar a Cristina Kirchner.
“Una de las cosas que dice este señor Morel es justamente lo que termina sucediendo. Dijo ‘no lo hago yo porque me conocen los de La Cámpora, sino me iría a cantar seis o siete días la marcha peronista y después la ejecuto’. Se trata de miradas profundamente antidemocráticas, que hacen apología del uso de la violencia y la criminalidad”, sostuvo el interventor de la AFI.
Ahora esa denuncia deriva en las detenciones de estos tres integrantes del grupo. Es más: no se descarta que pueda haber más apresados en las próximas horas según trascendió desde Tribunales.
Las acusaciones contra Revolución Federal como presuntos instigadores del intento de magnicidio contra Cristina Kirchner -por la que están detenidos Fernando Sabag Montiel, que gatilló el arma, y Brenda Uliarte, presunta motivadora del ataque, hicieron que Morel, su líder, saliera a despegarse del asunto en diferentes entrevistas.
Allí, calificó como “una completa locura” las denuncias en su contra, pero advirtió que desde la dirigencia política “no entienden” que en su caso puede estar “muy enojado”.
“Hace tres meses sentí la necesidad de empezar a quejarme de verdad. Mi situación económica no daba para más y, como no me quiero ir del país, salí a la calle para manifestarme y ver si somos muchos los que queremos que esto cambie o no. Los políticos no entienden que yo puedo estar muy enojado, miran desde arriba a sus votantes”, advirtió.
El comerciante, que tiene una carpintería en la que hizo una guillotina que llevó a las marchas contra el Gobierno, calificó al intento de magnicidio como una locura. “Me parece una completa locura. Que una persona en vez de estar trabajando, estudiando y pensando en el futuro esté planeando un atentado contra un político me parece una locura. Llegamos a un nivel extremo”.
“Los políticos en este país me robaron todo tipo de esperanza, pero ahora no voy a dejar que me roben el futuro. Ni en pedo me haría algo en contra de no sé quién. No voy a pasar mi futuro en ‘cana’, no voy a cometer una locura, no soy boludo”, argumentó el joven e 23 años.
Gastón Guerra: escrache a Massa, amenazas y lágrimas
Otro de los detenidos es Gastón Guerra, uno de los detenido el día de la asunción de Sergio Massa por golpear la camioneta del ministro de Economía y amenazar a periodistas que cubrían en acto afuera de Balcarce 50.
Ese día, Guerra empujó y hostigó al cronista de C5N, Lautaro Maislin, quien fue defendido por su colega Daniel Malnatti, de TN y El 13, quien intercedió para que lo dejara de agredir y luego lo entrevistó. “Cuando vivís con la soga al cuello no sabés qué hacer”, intentó justificarse Guerra, que acto seguido se largó a llorar frente a cámara.
“Abollarle el auto es lo menos que podemos hacerles”, dijo. Por esa agresión, Massa denunció a Guerra, quien tiene como su abogada a Gladys Egui, que es abogada de otro de los líderes de Revolución Federal detenidos, Leonardo Sosa, que tiene una causa por “resistencia a la autoridad”, cuando fue detenido en la esquina de Juncal y Uruguay, por enfrentarse de forma violenta con militantes kirchneristas el día que fue a celebrar el alegato del fiscal Diego Luciani en la esquina de la casa de Cristina Kirchner.
Revolución Federal organizó una marcha de antorchas en Plaza de Mayo el 18 de agosto pasado. En la convocatoria estuvo presente Uliarte, novia de Sabag Montiel y presunta instigadora del intento de asesinar a Cristina Kirchner.
Leonardo Sosa, Gastón Guerra y la abogada Gladys Egui compartieron una charla política en la casa de Ximena de Tezanos Pinto, junto a otras personas, pocos días antes del atentado contra la Vicepresidenta, según confirmó la vecina que vive en el piso de arriba de Cristina.
Guerra aprovechó esa ocasión para sacarse una selfie, en el balcón de su casa, que posteó en su Instagram, junto con el hashtag “#VanACorrer” y el mensaje: “Y si no la llevan presa, qué kilombo se va a armar. Ah no, así no era. Pensar que debajo de mis pies está la mafiosa más grande de la nación Argentina”.
Se entregó la hija del Coco Basile
Sabrina Basile, hija del exdirector técnico de la Selección Argentina, se presentó esta tarde en Tribunales y quedó detenida en una dependencia a de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) acusada de formar parte de Revolución Federal, el grupo investigado luego del intento de asesinato contra la vicepresidenta Cristina Kirchner.
Este jueves por la mañana la Policía había allanado el domicilio de Alfio Coco Basile en busca de Sabrina, pero cuando fueron a buscarla, no estaba y los oficiales se encontraron con el exjugador y entrenador.
Sabrina ya había participado en varias movilizaciones que se hicieron en contra del Gobierno, e incluso fue grabada “escrachando” al dirigente Juan Grabois en la puerta del Congreso y en Casa de Gobierno.
También participó de un “cacerolazo” que se desarrolló en la residencia de Olivos el fin de semana en que renunció el exministro de Economía Martín Guzmán y se anunciaba la asunción de Silvina Batakis. Ese domingo, el jefe de Gabinete Juan Manzur y la portavoz Gabriela Cerruti, frente a los cacerolazos, decidieron suspender el diálogo con la prensa.
Qué es Revolución Federal
Revolución Federal es una agrupación que se hizo famosa en redes por grabar escraches contra políticos, oficialistas y opositores, y postear los videos en redes sociales. También tiraron polenta en la puerta del ministerio de Economía y se convirtieron en poco tiempo en un punto de referencia para los detractores más radicalizados del gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner.
El Gobierno apuntó al grupo como una usina de discurso de odio. La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner fue aceptada el martes pasado como querellante en la causa en la que se investigan las amenazas y los mensajes violentos difundidos en redes sociales por el espacio.
La decisión fue adoptada por el juez federal Marcelo Martínez de Giorgi en el marco de la investigación que se encuentra bajo secreto de sumario y delegada en el fiscal Gerardo Pollicita, según detallaron a la agencia Télam fuentes judiciales.
En ese expediente se detectaron una serie de pagos millonarios a Morel, referente de Revolución Federal, y a dos socias suyas por parte de dos fideicomisos vinculados a la firma “Caputo Hermanos”, según trascendió la semana pasada de fuentes de la investigación.
Los pagos de la firma que estaría vinculada a familiares del exministro de Finanzas del Gobierno de Juntos por el Cambio Luis Caputo alcanzarían los 7 millones de pesos y habrían sido realizados a Morel y a dos mujeres vinculadas a su carpintería, detallaron las fuentes.
El descargo de los Caputo
El miércoles, en la previa de las detenciones de miembros de Revolución Federal, la firma de los Caputo se presentó ante la Justicia para negar cualquier tipo de vínculo con la agrupación.
Flavio Caputo, que es hermano de “Toto” y primo de “Nicki”, presentó el ante el juzgado de De Giorgi, representado por su abogado Matías Cuneo Libarona.
Allí se pone a disposición de la Justicia para acompañar “toda la información y documentación que se estime pertinente para echar por tierra todas las insinuaciones que desde distintos medios de difusión masiva -e incluso algunos funcionarios públicos- pretenden instalar en la opinión pública de mala fe y con fines desconocidos”.