No se podía creer. Es más, todavía no se puede creer o a veces se cree que alguien todavía no se dio cuenta de la magnitud del proceso en el que están envueltos. No puede ser que nadie haya fiscalizado que los últimos testigos de la noche, todos ellos vecinos denunciantes, no tuvieran con qué sustanciar sus dichos más que con artículos periodísticos y dichos ajenos.
Tan "impresentable" fue la situación que logró que en conjunto Strassera, Maier, los ficales, los juzgadores y los padres se rieran de lo que decía el vecino Martín Arroyo cuyo testimonio fue inconducente. (Cabe decir que sólo fue interrogado por el fiscal Rubén Devoto, ya que los otros dos se llamaron al silencio como sabiendo en qué se habían metido).
Con las otras vecinas fue más de lo mismo. Una, Elsa Astori, quien denunciaba los perjuicios que causaban al barrio y las infracciones de los locales bailables cercanos al Club Defensores de Belgrano, mientras admitía que no vivía cerca de la zona. (Aunque, nobleza obliga, su testimonio fue un tanto más sustanciado debido a notificaciones de denuncias que presentó).
Finalmente, la última del día. Como para seguir riendo (por no llorar). La fiscalía desistió del último testimonio: Elida Bevacqua, y debió pedirle disculpas a pedido de Maier
En fin, el cierre de una noche fue muy bienvenido por los ibarristas que este miércoles prometen presentarse en pleno para acompañar al testigo secretario de Cultura, Gustavo López.