En la previa al acto de este viernes que marcará la reaparición de la vicepresidenta, Cristina Kirchner, tras el atentado, en Casa Rosada se esforzaban por restarle trascendencia a la actividad que desarrollaría Alberto Fernández en paralelo a lo que será el cierre de los Congresos Regionales de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) en Pilar.
Lo cierto es que la vuelta de Cristina Kirchner a un escenario luego de lo que fue el intento de magnicidio que sufrió el 1 de septiembre encuentra a un Fernández por demás activo en lo que hace a su agenda pública. A diferencia de lo que ocurrió en otras apariciones de su vice, cuando optó por recluirse en su despacho de la Casa Rosada ó en la Quinta de Olivos, el Jefe de Estado trazó una serie de actividades que lo mantendrán ocupado desde antes del horario previsto para que hable su socia hasta varias horas después.
Con todo, en el arranque del viernes, Alberto Fernández dispuso un acto de entrega de viviendas con el flamante ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Santiago Maggiotti. Lo que podría ser una actividad más de gestión toma otro tinte si se tiene en cuenta que desde Presidencia eligieron desembarcar en Esteban Echeverría, distrito conducido por Fernando Gray, quien desde 2020 mantiene un enfrentamiento con La Cámpora y fue el único alcalde que se animó a desafiar a Máximo Kirchner en la puja por el PJ bonaerense.
Además, el mandatario tendrá escaso margen para seguir minuto a minuto el discurso de Cristina.
A las 15, junto a los ministros Jaime Perczyk (Educación) y Kelly Olmos (Trabajo) recibirá en su despacho a gremios docentes, en una reunión que no debería extenderse más allá de las 17 -el horario previsto para el inicio del acto de Cristina- dado que a las 19 se mostrará en Santa Fe con el presidente de Bolivia, Evo Morales, con quien en la Feria del Libro Nacional y Popular encabezará la disertación “La región de las venas abiertas”, con motivo de los 17 años del “No al Alca”, pergeñado en Mar del Plata por Néstor Kirchner y otros mandatarios latinoamericanos.
Es decir que, mientras hable Cristina, el Presidente se encontrará en pleno viaje a Santa Fe.
Tras meses de escasa agenda pública, esta incipiente hiperactividad de Fernández no es circunstancial. Desde que se decidió a enfrentar al kirchnerismo con la expectativa de competir por la reelección en 2023, y a pesar de las fugas de buena parte de sus ministros de mayor confianza, el Presidente levantó su perfil. “Está decidido a competir, no va a ceder”, repiten en su entorno. La vice, en tanto, ya hizo saber que no lo volverá a apoyar.
Por lo pronto, en el Gobierno creen que Fernández tiene una oportunidad a partir de su construcción política en el plano internacional. A la gira por París, que incluirá un encuentro con su par francés Emmanuel Macron, y el G20 en Indonesia, Fernández le sumó un nuevo viaje: aceptó la invitación a México que este jueves a la noche, al cabo de una charla de cuarenta minutos, le realizó Andrés Manuel López Obrador.
El Presidente se anotó una visita al DF para el 24 de noviembre. ¿El objetivo? Con el triunfo de Lula da Silva en Brasil, avanzar en lo que en Casa Rosada denominan un “eje integrador cultural y económico”.