El miércoles sancionaron al comisario inspector Juan Cruz Reynoso por haber mandado una notificación para que no haya clases en las escuelas cercanas al Estadio Único de La Plata, donde este jueves habló Cristina en el marco del acto por el Día de la Militancia.
Los fantasmas aparecieron cuando trascendió una notificación que el jefe de la seguridad del Estadio Único de La Plata le mandó a la Directora del Centro de Educación Física para “suspender todo tipo de actividades” por el acto que esta tarde encabezará Cristina Kirchner.
Varios medios interpretaron que se pedía que no haya clases en las escuelas cercanas al estadio para “optimizar los recursos logísticos y humanos” (según consta en la carta) para garantizar la seguridad de la Vicepresidenta.
El gobernador, Axel Kicillof entró en llamas. Se enteró el miércoles por su ministro de Educación, Alberto Sileoni. “Es una pelotudez esa notificación y ahora nos están pegando por todos lados porque nos acusan de cerrar las escuelas por un acto político”, le dijo al Gobernador. Inmediatamente salieron a desmentir todo y asegurar que ninguna institución educativa de La Plata suspendería sus clases.
A las pocas horas rodó la primera cabeza. El comisario inspector Juan Cruz Reynoso fue apartado de su cargo. Fue el que firmó la circular como Coordinador del Servicio de la Policia Adicional del Estadio Unico. Pero no quedó ahí.
Kicillof está convencido que hay una mente maligna detrás de Reynoso. Alguien que quiere “joderme”. Los fantasmas son fantasmas porque son difíciles de distinguir, escondidos detrás de una sábana.
El primero que recibió la furia del gobernador fue Martín Insaurralde. Resulta que Reynoso depende de la Jefatura de Gabinete y no del Ministro del área, Sergio Berni, como debería por su cargo dentro del escalafón oficial dentro de la Policía Bonaerense.
“Pobre Martín, se comió una cagada a pedos antológica”, describen en la Provincia por la virulencia de Kicillof en una reunión donde abundaron los improperios.
No es que el Gobernador acuse a su Jefe de Gabinete de armarle una cama. Sino que por omisión dejó todo servido para que el enemigo la tienda. Kicillof tiene el rostro del culpable en su cabeza: el intendente de Juntos por el Cambio de La Plata, Julio Garro. Acusación que rechazan desde la municipalidad de La Plata.
“Kicillof se obnubila con estos temas. Inventa conspiraciones. No creo que haya nada raro detrás de esto. Reynoso fue un boludo que se cortó solo y le mandó un pedido a una directora de Educación Física para que suspenda las actividades. Es razonable. Hay muchos chicos de escuelas de La Plata que utilizan al Estadio Unico para hacer gimnasia. El pedido fue para esas actividades en particular, no para que cierren las escuelas”, indicó un miembro del Gabinete provincial que no es Insaurralde.
El miércoles, cuando decidieron suspender a Reynoso por seis días sin goce de sueldo, uno de los que llamó para defenderlo fue Martín Insaurralde. Eso es lo que llamó la atención en otros miembros del gabinete del Gobernador.
El intendente en licencia de Lomas de Zamora intenta disipar los fantasmas: “Reynoso es un funcionario correcto que hace bien su trabajo. Evidentemente se equivocó al mandar algo sin avisar a las autoridades”, repiten a quien quiera oírlo, según fuentes de La Plata.
El segundo de Sergio Berni tuvo una reunión el martes con todos los efectivos que participarán en el operativo de seguridad que se armó para vigilar los alrededores del acto.
“Lo extraño es que un día después, Reynoso decidió mandar ese comunicado sin avisarle a nadie. Evidentemente se maneja de manera autónoma desde hace muchos años y eso le jugó en su contra”, indicaron en la Provincia de Buenos Aires.
El cargo de Reynoso es un sueño para cualquier policía de la Bonaerense que trabaja en una fuerza con pocos recursos, mala fama y peores salarios. Lleva más de siete años en esa función. Lo nombró Daniel Scioli y se las ingenió para sobrevivir hasta hoy.