Después de correr el maratón de Miguel por las calles romanas, Aníbal Ibarra se reunió este lunes con líderes progresistas italianos. Luego, participó de una conferencia de prensa y, finalmente, tomará el avión de regreso al país en la tarde italiana. Si todo sale como está previsto, el jefe porteño estará de vuelta el martes en Buenos Aires.
Ibarra aprovechó su viaje a Roma para reunirse con el presidente del Partido Demócrata de Izquierda, Massimo D’Alema, y con el secretario general y líder de la oposición, Piero Fassino. También tuvo un encuentro con el alcalde romano, Walter Veltroni, quien fue su antifrión en Italia. Ocurre que la invitación a Roma para correr "La carrera de Miguel", de la que el jefe de gobierno participó el domingo, fue de Veltroni.
Fuentes del Gobierno de la Ciudad informaron que, durante los encuentros con los líderes progresistas, Ibarra promocionará turística y económicamente a Buenos Aires.
Este maratón de 10 kilómentros, que Ibarra corrió junto a 2.500 atletas y aficionados, se realiza desde el año 2000 por las calles de Roma. Se trata de un homenaje ideado por un periodista italiano al atleta y poeta argentino Miguel Sánchez, desaparecido en 1978 durante la dictadura militar.
Pero Veltroni no pudo estar presente en la apertura del evento porque estaba engripado. En cambio, participaron de la ceremonia, junto a Ibarra, el Premio Nóbel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel; el ex futbolista Gianni Rivera, titular del área de Deportes de la Comuna de Roma, y el embajador argentino en Roma, Humberto Roggero.
A Valerio Piccione, del diario Gazzeta dello Sport, se le ocurrió la idea de impulsar este homenaje deportivo cuando se enteró que un fondista argentino, que había corrido la tradicional carrera San Silvestre figuraba entre los 30 mil desaparecidos. Piccione también participó el sabado, junto al jefe porteño, de la prueba.
Como en años anteriores, la largada fue en el estadio Aqcua Acetosa. La carrera tiene una extensión de 10 kilómetros, pero también hay un recorrido de 3 kilómetros para los aficionados.
A lo largo de su carrera profesional, Miguel Sánchez, que militaba en la juventud peronista, participó de tres San Silvestre. Precisamente, lo secuestraron una semana después de su última participación en esa tradicional prueba que todos los 31 de diciembre recorre las calles de San Pablo.
El 8 de enero de 1978 un grupo de tareas de la dictadura irrumpió en su casa del barrio Villa España, de Berazategui, y se lo llevó, junto con un grupo de jóvenes militantes de la jotapé.
