El Doctor Lonigro frecuenta los medios y la política desde hace más de 30 años. Ha sido síndico del Banco Central de la República Argentina y subgerente de Asuntos Jurídicos en la Lotería Nacional-Sociedad del Estado. Además, es autor de numerosos textos de Derecho Constitucional y de artículos periodísticos y se desempeñó como asesor en el Congreso de la Nación. En ese carácter dialogó con Noticias Urbanas luego del fallo en la causa Vialidad, que condenó a seis años de prisión y a inhabilitación a perpetuidad para ocupar cargos públicos a la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner.
La semana pasada, el Tribunal Oral Federal N° 2 condenó a Cristina Fernández de Kirchner a la pena de 6 años de prisión. ¿Cómo se llegó a este veredicto?
Hubo una instrucción que estuvo a cargo del juez Julián Ercolini. Dicha instrucción se cerró porque se consideró que habían pruebas suficientes de culpabilidad. Como consecuencia, se decidió que haya un juicio oral. En materia criminal y correccional, el Tribunal Oral es la primera instancia. Se desarrolló el juicio oral. Hubo alegatos de ambas partes. Y finalmente, el Tribunal Oral decidió condenar a la vicepresidenta, junto a algunos de los imputados, por uno de los dos delitos que el fiscal había planteado y cuyas penas había pedido. Uno era administración fraudulenta y el otro, asociación ilícita. El Tribunal encontró a Cristina Fernández culpable solo de administración fraudulenta, cuya pena máxima es de 6 años. Fue absuelta de la causa de asociación ilícita.
¿Cómo continúa el proceso de la causa Vialidad?
Lo que se dio a conocer ahora es el veredicto. Es decir, la parte resolutiva de la sentencia. Los fundamentos de la sentencia, la parte más sustanciosa, los conoceremos en marzo. El Código de Procedimiento le otorga al Tribunal hasta 40 días cuando la causa es compleja. A partir del anuncio de los fundamentos, corre el plazo para que las partes apelen. Seguramente, los abogados de Cristina Fernández utilicen este recurso. También, el fiscal Luciani apelará por el sobreseimiento respecto de la asociación ilícita. Ahí va a intervenir la Cámara de Casación Penal que definirá si hay o no condena. Si confirma la condena, entonces se pasará a la Corte Suprema de Justicia. Si, en cambio, la Cámara de Casación Penal revoca esta sentencia, cuando vaya a la Corte, seguramente, ésta va a tener que pedir que intervenga otra sala dentro de la Cámara de Casación Penal. Esto es porque, en materia penal, tienen que haber dos condenas para que efectivamente haya una condena firme.
¿Qué cree que va a ocurrir?
Según mi investigación, estaban constituidos los elementos que tipifican la asociación ilícita. Uno de los jueces integrantes del Tribunal Oral coincidió y votó en disidencia. La mayoría, dos contra uno, decidieron que no y por eso, Cristina Fernández fue absuelta. Yo creo que la Cámara de Casación va a confirmar la sentencia que se acaba de anunciar. Y que esto va a quedar firme, incluso cuando pase a la Corte Suprema de Justicia. Pero para todo esto falta todavía mucho tiempo. Por lo menos, dos o tres años.
Otra parte de la sentencia, dicta la inhabilitación especial perpetua para ejercer cargos públicos. ¿Esto sigue el mismo proceso penal?
La Ley de Partidos Políticos establece quiénes están inhabilitados para ser candidatos. Y dice que no pueden ser candidatos aquellos que no pueden votar. Uno entonces va al Código Nacional Electoral y, entre aquellos que no pueden votar, se encuentran las personas que tienen una condena firme por delito doloso. ¿Qué significa que una condena sea firme? Significa que ya no hay instancias de apelación. Aquellos que tienen una condena no firme o los que están procesados pueden votar y, por lo tanto, ser candidatos para ocupar cargos públicos a nivel nacional. Esto quiere decir que Cristina Fernández, en virtud de estas dos legislaciones, aún con una condena no firme de primera instancia, va a poder ser candidata. Ella dijo que no, pero sinceramente no le creo. Acá en la Argentina no existe la Ficha Limpia, como sí existe en Uruguay, Chile y Brasil. Acá un condenado puede ser un candidato.
Desde el kirchnerismo, comparan el caso de Cristina Fernández con el de Lula Da Silva. ¿Usted encuentra similitudes?
Del caso de Lula conozco lo que salió en los medios y es de público conocimiento. Ha sido una causa de corrupción también, pero el entramado, por lo que se ha conocido, es una lenteja comparado con lo de Cristina. Lula es Blanca Nieves al lado de la vicepresidenta. Por otro lado, Lula pudo ser candidato porque fue absuelto. En Brasil, con una condena ya confirmada en segunda instancia, se inhabilita. Acá no. Esto significa que si a mitad del año que viene, cuando todavía no son las elecciones, la Cámara de Casación confirma la sentencia, Cristina igual puede ser candidata.
Una palabra que resuena mucho es “lawfare”. ¿Cuáles son las condiciones para que pueda llevarse a cabo?
No es tan fácil. Lo que sí puede pasar es que hayan casos aislados de jueces que por su ideología o simpatía siempre voten a favor de alguien. Tenemos el caso de Ana María Figueroa. Ahora, fue designada Presidenta de la Cámara de Casación. Se sabe que Ana María Figueroa es una militante y siempre vota a favor de los intereses del kirchnerismo. Y podemos encontrar algún caso del lado contrario. Pero, repito, son casos aislados. De ahí a que todo el Poder Judicial es una mafia o un pelotón de fusilamiento… no tiene sentido. Ese relato es un artificio para una militancia que toca el bombo, no para una persona que piensa. No es fácil armar una causa ficticia. Hay tribunales colegiados. La Corte es colegiada. Las cámaras son colegiadas. Los tribunales son colegiados. Eso de la persecución es un delirio. Además, Cristina Fernández se ha visto beneficiada por la Justicia en incontables ocasiones. Se ha determinado que no ameritaba un juicio oral en la causa de Hotesur y los Sauces. Lo mismo en el caso del Pacto con Irán. También, se la ha sobreseído por el caso de enriquecimiento ilícito de Oyarbide. Entonces ha recibido bastantes beneficios de esta Justicia que ahora ella tanto critica. Ahí, no hay lawfare. Hay lawfare cuando la condenan.
¿Qué representa lo sucedido en Lago Escondido?
Yo no quiero decir que eso es parte del relato kirchnerista porque me estaría comportando igual que ellos. Yo lo que creo es que si jueces y funcionarios viajaron invitados por un empresario y se sospecha que hubo dádivas, que investiguen. Vayan para adelante y metan en cana a quien tengan que meter. Si es Ercolini, que sea Ercolini. Y que lo echen. Que el Consejo de la Magistratura empiece un procedimiento de remoción. Si es D´Alessandro, que también lo echen. Pero siempre y cuando se concluya que hubo un delito. Porque el mero hecho de viajar no constituye un delito. Y si en todo caso no hay delito, pero hay mal desempeño entonces, repito, que el Consejo de la Magistratura intervenga. Si amerita una sanción disciplinaria o un proceso de remoción, entonces, que se lleve adelante. No hay que endiosar, ni confiar ciegamente en nadie. El que las hace, las paga. Sea del lado que sea. Esto es lo que hace funcionar a un Estado de Derecho.
En caso de que se demuestre el delito, ¿es suficiente para probar la supuesta conspiración contra la vicepresidenta?
No. En ese viaje, intervinieron tres jueces federales. Y son como 600 en total. No se puede embarrar la cancha y ensuciar a todo el mundo. Lo de la agresión a Luciani es un bochorno. Es producto de un país dividido entre el amor y el odio. Esto solo se cura con cultura cívica.