Luana Volnovich y Martín Rodríguez, la 1 y el 2 del Pami, son los mayores responsables de los cientos de millones de dólares de desfalcos y defraudaciones de todos los meses, con pagos a prestadores fantasmas, dando prestaciones nulas o espantosas a miles de afiliados, con las muertes continuas de viejitos por negligencias, muchas de las cuales hasta parecen asesinatos (el crimen de la madre del periodista Marcelo Hawrylciw de hace unos días lo deja bien en claro).
Hace más de medio siglo que ocurre esto con el Pami, precisamente desde su creación, todos los gobiernos actuaron de la misma forma haciendo caja salvajemente. Pero la 1 y el 2 actuales son las frutillas del postre: hace casi un año se fueron de romance, a uno de los estados más peligrosos de México el de Quintana Roo, a la muy costosa isla Cosumel cerca de Playa del Carmen y Cancún, en cuyas maravillosas playas me cansé de ver cabezas cortadas.
En su delirio los novios, absolutos ignorantes de prestaciones médicas y de temas de salud, dejaron a Pami abandonado sin firmas y al menos cuatro prestadores oncológicos interrumpieron sus servicios.
Para que se entienda, estos malparidos como decimos en Colombia, acortaron las esperanzas de vida de vaya a saber cuantos ancianos. Todo fue denunciado y publicado, y a su regreso de México el presidente que padecemos, los ratificó en sus cargos.
A lo largo de la historia siempre queda claro, que los recaudadores aunque sean imbéciles son sagrados para quienes los sostienen. Y siempre los criminales se sienten impunes: hasta segundos antes de colgar en la horca, el nazi Adolf Eichmann pensaba que sólo iba a quedar preso unos pocos años.
Jorge O. Rodríguez, Analista de Narcotráfico y Delitos Complejos
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