Este lunes por la tarde se llevó a cabo en la Legislatura porteña un acto en homenaje al periodista Adolfo Castelo, en el cual se le entregó a sus hijas Daniela y Carla un diploma en el que se lo declara Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires, distinción que fue aprobada por la Legislatura porteña poco antes de su fallecimiento.
Castelo, que murió a los 64 años, sufría un cáncer que lo tuvo a mal traer durante mucho tiempo. Nadie olvida cuando recibió el Premio Clarín Espectáculos como mejor conductor de radio. En esa oportunidad, Castelo -que ya evidenciaba las consecuencias de su enfermedad- se sacó la gorra que llevaba puesta y aseguró visiblemente conmovido: “Este premio para mí es medicina”.
Esta frase fue una de las que más se mencionó durante el acto que se llevó a cabo en un colmado Salón Dorado, donde familiares y amigos se unieron para recordar a uno de los personajes que quedará en la historia de la televisión y de la radio. El evento estuvo presidido por el presidente de la Comisión de Cultura, Norberto La Porta (Partido Socialista), quien acompañó el proyecto presentado por el ex diputado kirchnerista y actual funcionario nacional, Claudio Ferreño, para declarar Ciudadano Ilustre a Castello.
En las primeras filas también se ubicaron el diputado nacional Miguel Bonasso, los legisladores porteños Juan “Chango” Farías Gómez (Frente para la Victoria) y Facundo Di Filippo (ARI), Jorge Lanata, Graciela Borges, Juan Alberto Badía, Jorge Guinzburg, Gillespi, Iván Noble, Pablo Ramírez, Lorena Maciel y Marcela Pacheco, entre otros.
La Porta aseguró que “se trata de un acto de estricta justicia y la distinción fue aprobada por la Legislatura por unanimidad” y elogió “la sobrada valentía y sinceridad para decir las cosas” que tenía Castelo. Asimismo dijo: “Recordar a figuras como éstas es ‘medicina’ para todos los porteños, para todos los argentinos”.
Ferreño, por su parte, explicó que la idea de presentar un proyecto para declarar Ciudadano Ilustre a Castelo fue de Miguel Bonasso y que no pudo conocerlo en persona pero por teléfono le agradeció la iniciativa y aseguró que no lo podía abrazar porque estaba convaleciente. “Creo que con esta distinción se hizo justicia”, afirmó.
Luego llegó el turno de los amigos. Guinzburg expresó: “No sé lo que pensaría Castelo de este acto, seguramente no vendría (risas). Me parece que es una muestra de que en la Ciudad y en la Argentina la Justicia llega tarde, tendrían que haber hecho este homenaje en vida, empezaron cuando él ya estaba enfermo”. Además, el conductor de Mañanas Informales recordó una anécdota de cuando se realizó el velatorio de Castelo en la Legislatura: “Cuando nos íbamos alguien nos dijo qué el último logro de Castelo fue llenar la Legislatura de gente honesta, eso habla de la gran respuesta que él tenía de la gente”.
En tanto, Lanata sostuvo: “Los homenajes se hacen en vida. Hicimos juntos varios años de televisión, de radio y de vida. Lo conocí mucho, pero no lo suficiente para saber su edad. Era un tipo realmente talentoso y muchas veces postergado”. Para finalizar, Lanata leyó algo que escribió el triste 23 de noviembre de 2004 y que culmina diciendo: “Ojalá se muriera la muerte”.
A su término, se proyectó un video recordando a Castelo que, lamentablemente, no estuvo muy bien logrado. De todas maneras, sirvió para recordar momentos de su carrera y algunas de sus genialidades.
Inmediatamente después, Daniela y Carla recibieron el diploma acreditando la distinción conferida a su padre de manos de La Porta y Ferreño. Ambas, en medio de una gran emoción, agradecieron a todos amigos y familiares e hicieron mención “a la noche”, sin duda, una constante en todas las intervenciones que tuvieron lugar en el acto. “Descubrió la noche y se enamoró de ella”, dijo una de sus hijas.
Por último, Gillespi e Iván Noble prefirieron honrar la memoria de Castelo sin palabras e interpretaron un tema de Joaquín Sabina. Gillespi explicó brevemente la elección: “Iván llamó a Joaquín para decirle que íbamos a tocar un tema y él dijo que teníamos que tocar éste”. Fue así como sonó “Tan joven y tan viejo” y la emoción volvió a embargar a todo el Salón Dorado.