Las alarmas empezaron a sonar ya en 2009, cuando se publicaron las cifras de la mortalidad infantil en Buenos Aires, el distrito más rico del país, que superaron los guarismos de los años anteriores. Incluso, las cifras arrojaron resultados lacerantes: las muertes que más crecieron fueron las de los chicos más chicos, es decir, los recién nacidos, que son atendidos en el área neonatal de los hospitales de la Ciudad.
Más tarde, a lo largo de 2012, el ministro de Salud porteño, Jorge Lemus, intentó infructuosamente tranquilizar a los preocupados anunciando que en el período 2008-2011 la tasa fue de ?7,7 por mil, la más baja de la historia de la Ciudad?. Es necesario recordar que el propio funcionario reconoció que la mortalidad infantil ?en 2008 bajó, en 2009 subió, en 2010 bajó y en 2011 subió?.
Entretanto, existen ya más de diez hospitales cuyos profesionales debieron acudir a la Justicia para exigirles a las autoridades del área de salud que realicen las obras que debían ser puestas en marcha o que ya estaban iniciadas aunque, paradójicamente, las herramientas de los albañiles descansaban en los depósitos.
En medio de la controversia, el diputado porteño Jorge Selser (Proyecto Sur) presentó un proyecto de ley para declarar la emergencia neonatal en el sistema de salud pública de la Ciudad de Buenos Aires, debido a las alarmantes cifras del incremento de la mortalidad infantil durante la primera semana de vida de los bebés.
?Si tuviera que definir al sistema público de salud de la Ciudad, diría que es un sistema en retroceso?, afirma con contundencia este diputado socialista, médico traumatólogo especializado en columna, que tiene licencia en el hospital Cosme Argerich mientras dure su mandato en la Legislatura porteña, de la que también es su vicepresidente tercero.
?La crisis del sistema se puede dividir en tres etapas. De la primera se puede decir que lo único que diferenciaba al sistema privado del público era que este ponía el acento en la formación constante de sus profesionales, y el primero, en la hotelería?, enumera el legislador.
?La segunda etapa comienza con el devenir tecnológico, en el que los dos sistemas adquirieron equipamiento y lo pusieron a disposición de sus pacientes, pero luego se produjo un desfase cuando los aparatos comenzaron a ser cada vez más caros. Durante esa época, en los 90, el neoliberalismo destruyó el sistema público mediante el sencillo método de desfinanciarlo. En primer lugar, el Gobierno nacional transfirió a las provincias los hospitales nacionales, sin recursos. En segundo lugar, disminuyó cada vez más los presupuestos de salud y desreguló el sistema de obras sociales, que es el tercer sector de la salud, al que se le debe sumar, además, el sistema público y el privado?, explica Selser.
?De esta manera ?agrega? se desguazaron las obras sociales, porque los que ganaban los mejores salarios se pasaron a los sistemas prepagos, que fueron cooptados por inversores que no provenían de la salud, sino del mundo de las finanzas. Así, se quedaron en el sistema solo los que tenían los salarios más bajos y los jubilados. En esa época, la salud pública venía decayendo porque el Estado no invertía en ella, pero a fines de los 90 entró en aprietos también el sector privado, por culpa del desempleo y de la crisis generalizada. Todos los aportantes se volcaron entonces al sector público, que respondió muy bien, pero con las limitaciones lógicas derivadas de la estrechez económica que soportaba. De todos modos, en 2003 y 2004 muchos de esos aportantes regresaron al sector privado y al de la seguridad social. Lo mismo, el sector público no mejoró porque no recibió nada de tecnología.?
La consecuencia de esta situación fue que el sector estatal de salud se quedara con la atención primaria, que no necesita tecnología.
?Ahora ?cuenta el legislador porteño? los privados siguen vendiendo tecnología y hotelería, aunque comenzaron también a formar profesionales, en especial en el uso de las tecnologías, que son las mismas de las que carece el sector público. De todos modos, nosotros en el sector público sabemos que hay elementos que van más allá de la tecnología, que tienen que ver con lo somático y con lo psicológico de los pacientes. Para los privados, en cambio, detenerse a escuchar a un paciente es perder plata.?
"PARA MACRI, LA SALUD CARECE DE IMPORTANCIA"
La descripción que Selser hace del panorama actual deja muy mal parados a los responsables de administrar el sistema público de salud en la Ciudad de Buenos Aires. ?Mauricio Macri es la continuación del neoliberalismo. Para él la salud carece de importancia, por eso la puso en manos de un ministro que funciona a un ritmo de parálisis y que no desarrolla acciones. Por eso aumentó la mortalidad infantil, que ahora está a un 8,5 por mil, una cifra que está por encima de las que se dan en Chile y Uruguay. Para peor, hay entre 12 y 14 hospitales judicializados, en cuyos casos la Justicia le exigió al ministro que comience las obras de refacción o que las termine, porque están o estaban abandonadas?, dispara el legislador socialista.
PEDIDO DE REGIONALIZAR
Selser denuncia que ?en el área neonatológica faltan unas 400 enfermeras?. Frente a ese hecho, exige que regionalice la atención materno-infantil en la Ciudad. ?Esto permitiría que las maternidades que tienen salas de mayor complejidad, que son las de los hospitales Argerich, Fernández, Santojanni y Durand y la Maternidad Sardá, atiendan a los pacientes que les deriven todos los demás hospitales, que podrían tratar los casos sencillos y transferir los que tienen complicaciones?, explica el diputado a Noticias Urbanas. Inmediatamente, cuestiona otra vez al ministro de Salud porteño: ?Esta regionalización ya está decidida, pero Lemus no la puso en práctica porque, según dijo, esperaba que el Ministerio de Salud de la Nación le transfiriera 150 enfermeras y, como eso no ocurrió, entonces no hizo nada. Esta es una de las razones por las que el índice de mortalidad infantil aumentó. El argumento de las enfermeras no designadas es casi irrisorio, porque en un presupuesto de 7 mil millones, esos nombramientos no tienen una incidencia definitiva. Es una vergüenza?, se enoja el especialista.
?Con respecto al Área de Neonatología, estamos hablando, en muchos casos, de chicos con respiración asistida. En estas ocasiones, las enfermeras pueden asistir a uno o dos chicos, nada más, ya que estas son áreas críticas, en las que se necesita atención médica permanente, porque hay alertas distintas para cada caso?, explica Selser.
?A veces, cuando las enfermeras no pueden tomar sus tiempos de descanso durante el horario de trabajo, entran en estado de stress grave, lo que se conoce en la jerga como burn out. Esto provoca renuncias, bajo desempeño y un estado de stress permanente, con todas las consecuencias que ello trae?, continúa el doctor, quien señala que, igualmente, ?la tarea que desarrolla esta gente es extraordinaria. Ellos tienen bajos salarios, viajan mucho porque suelen vivir lejos y muchas veces trabajan 24 horas y se toman descanso de 48 horas, aunque, como también tienen otros trabajos, el descanso se puede reducir a 36 horas?.
Entonces, ¿qué se puede hacer para revertir esta carencia de personal? Selser cree tener la respuesta: ?Hace poco, con la diputada María Elena Naddeo (FPyP) propusimos que las egresadas del Instituto Superior de Enfermería ?Cecilia Grierson?, que pertenece al Gobierno porteño, ingresen directamente en el sistema de salud pública de la Ciudad, pero el Pro se opuso. Sin embargo, el ministro de Salud está de acuerdo con que esto se haga. Ahora parecería que van a ir en esa dirección, pero aún no está definido. Veremos. Esa sería una solución aceptable?, se esperanza el diputado y médico municipal.
De todos modos, más allá de las esperanzas, es claro que no existe un plan de mejoramiento de la salud pública por parte del Gobierno de la Ciudad. El tema de la escasez del personal de enfermería es clave, porque esto ocurre desde hace varios años sin que haya un horizonte de solución. En el hospital Rivadavia, además, existe otro conflicto, motivado por el deterioro de las instalaciones y el equipamiento.
La larga serie de paros, movilizaciones y protestas de todo tipo realizadas por médicos, enfermeros, camilleros y empleados de los hospitales a lo largo de los últimos años muestran una situación que parece no tener salida mientras persista una cuestión que es denunciada recurrentemente en cada protesta que se realiza: la subejecución del presupuesto, una firma registrada de la administración Macri en las áreas que exigen una real atención en la Ciudad, como son las de salud, vivienda y educación.
POLLEDO LE RESPONDE A SELSER
La diputada del Pro Carmen Polledo trabajó a lo largo de 30 años en la Cooperadora de Acción Social (COAS), que desde hace años provee de aparatología médica de última generación a los hospitales de la Ciudad. Actualmente es la vicepresidenta primera de la Comisión de Salud, representando al oficialismo. Ella recogió el guante y salió a responderle a Selser por su proyecto de emergencia neonatal y, en diálogo con Noticias Urbanas, dejó los siguientes conceptos:
?En una nota publicada en Página/12, el legislador Selser decía que diversas sociedades científicas pedían la emergencia sanitaria neonatal, pero cuando presentó el proyecto sobre este tema me extrañó no encontrar en los fundamentos ninguna de estas sociedades mencionadas, avalando tal propuesta. Tampoco, en su rol de presidente de la Comisión de Salud, ha enviado copia de algún informe o pedido de las sociedades científicas expidiéndose sobre el tema en cuestión?.
?El diputado Selser propuso en dicho proyecto la implementación de un programa de regionalización de la atención materno-infantil, por lo que resulta evidente que no tuvo en cuenta la normativa vigente, tal vez por desconocerla, antes de presentar su proyecto de ley, ya que están regionalizados los nacimientos de los recién nacidos con menos de 1.500 gramos de peso. La resolución 1.137 del Ministerio de Salud, de julio de 2011, contempla que se derive a las embarazadas que lleguen a cualquier hospital de la Ciudad con gesta probable menor a 32 semanas ?o evidencia ecográfica del peso del feto menor a 1.500 gramos? a los hospitales generales de agudos Argerich, Durand, Fernández y Santojanni y a la Maternidad Sardá. Asimismo, a los recién nacidos, en el caso que por circunstancias clínicas el parto se haya realizado en cualquier hospital de la Ciudad, también podrán ser derivados a los servicios de neonatología de los hospitales ya mencionados.?
?En cuanto al planteo del diputado Selser sobre una serie de modificaciones al cupo de residentes del área de neonatología y su tipo de contratación, pareciera que está desconociendo que el Sistema de Residencias del Equipo de Salud fue aprobado por las Ordenanzas N° 40.997, 41.793 y 45.146. Al mismo tiempo, la Ordenanza N° 43.316 prevé la actualización de los Sistemas de Residencias, facultando al Órgano Ejecutivo, en este caso, el Ministerio de Salud, para las modificaciones que correspondan acorde con las necesidades sanitarias. Toda esta normativa ?vigente con anterioridad a la gestión del Pro? demuestra que es una facultad del Poder Ejecutivo modificar el sistema de residencias. En todo caso, Selser podría plantear una modificación a la Ordenanza N° 43.316 y no buscar impacto mediático a través de leyes tituladas de emergencia sanitaria.?
?Con respecto a la situación actual del sistema público de salud, resulta imperioso destacar que el número de consultas anual es de 9.300.000 y que hay 181 mil internaciones y 30 mil partos. El sistema de salud cuenta con 32 mil profesionales y auxiliares sanitarios. Es menester recordar también que el 60 por ciento de los pacientes que son atendidos provienen del conurbano bonaerense, lo cual nos enorgullece desde lo solidario del modelo sanitario, pero demuestra los problemas endémicos que arrastra el sistema público nacional. Se nota la ausencia del rol directriz del Ministerio de Salud de la Nación en el desarrollo de un plan estratégico articulado entre la Ciudad de Buenos Aires, la provincia de Buenos Aires y el gobierno de la Nación para que el sistema hospitalario porteño, que representa cualitativa y cuantitativamente la mejor oferta médica del país, cuente con el aporte de fondos desde esas tres jurisdicciones para que la atención a todos los argentinos y extranjeros esté garantizada.?
?En cuanto a las designaciones de personal, en 2007 los nombramientos tardaban dos años, mientras que hoy se logró disminuir la espera a un tiempo que media entre los seis y nueve meses. Lógicamente, aún falta, pero venimos trabajando en ese sentido. Desde 2007 fueron nombrados 6.200 médicos y 2.940 enfermeros. Respecto de la dificultad para cubrir puestos de terapistas, neonatólogos y anestesistas, hay que recordar que son especialidades por las que cada vez hay menos interés por lo demandante que es su ejercicio. Obviamente, se ha llamado a concurso, tanto dentro como fuera de la Ciudad, para conseguir profesionales. Igualmente, este es un problema que no solo sufrimos en Buenos Aires, dado que la ausencia de estos profesionales se da en todo el país. Además, en territorio porteño se agrega la inseguridad y los casos de violencia que sufren los profesionales del equipo de salud. La decisión de la Presidenta de retirar a la Policía Federal de los hospitales dejó en una situación de indefensión a los pacientes y a los trabajadores de la salud, lo que no aporta al necesario trabajo mancomunado.?
?Durante este semestre que está comenzando, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires entregará 100 millones de pesos en equipamiento de alta complejidad a los hospitales de la Ciudad. Esta es una inversión histórica, que ningún gobierno ha realizado hasta el momento. Un hecho que demuestra una vez más el compromiso de Mauricio Macri con el sistema de salud pública.?
DAR VIDA Y RECIBIR MUERTE
El 18 de julio, la joven Jenifer Farías falleció en la maternidad del hospital Santojanni, tres días después de haber dado a luz a su bebé. Sus familiares acusaron a los médicos de mala praxis y, en una marcha para pedir justicia realizada el lunes último, unas 60 personas ingresaron en el hospital y agredieron a los empleados y a una residente que comenzaba a trabajar ese día en el lugar.
Como consecuencia, este jueves los 33 hospitales del sistema de la salud pública del Estado porteño van a parar por 24 horas, en repudio por las agresiones que sufrieron los trabajadores y en demanda de seguridad para desarrollar sus tareas.
A su vez, en el hospital Borda, los médicos lograron parar las obras de excavación que estaban a punto de comenzar unas enormes maquinarias para construir el Centro Cívico, un megaemprendimiento en el que Mauricio Macri pretende concentrar los principales edificios de la administración pública de la Ciudad.
El sistema público de salud de la Ciudad de Buenos Aires está en crisis, indudablemente, no solo por los dos casos mencionados anteriormente, sino porque el Estado elude generar un plan de trabajo y una inversión para atender a la salud de los sectores más vulnerables de la población. Obras hay, pero quizás no en los lugares en los que son necesarias.