Luego de la embestida que llevó adelante el kirchnerismo para empujar a Alberto Fernández a que decida qué hará en las próximas elecciones, el Presidente sólo está decidido a estirar el momento de la definición.
En su entorno todos coinciden en que estirará el anuncio, por sí o por no, hasta el límite, a pesar de la presión cada vez mayor del ala de Cristina Kirchner, que parece quedarse sin herramientas políticas para forzar a quien alguna vez fue su delfín.
Según deslizan en Gobierno, Alberto Fernández esconde su decisión porque presupone que, en caso de que el kirchnerismo asuma que buscará la reelección, a Cristina Kirchner no le quedaría otra alternativa que romper, para no participar en las PASO del Frente de Todos (FdT). No sería la primera vez. Cuando Randazzo anunció que competiría en las internas del peronismo, en 2017, CFK se fue con Unidad Ciudadana.
En este contexto, algunos de los alfiles del primer mandatario niegan a rajatabla sus intenciones electorales. “Alberto no está en campaña, está poniendo en valor la gestión”, dijo esta semana uno de los protagonistas del esquema de poder del primer mandatario.
En paralelo, el kirchnerismo hierve frente a la procrastinación. Desde la semana pasada venían advirtiendo que el principal reclamo ya no era que se bajara, sino que decidiera qué hará. Pero poca respuesta tuvieron, inclusive después del belicoso acto en Avellaneda, donde Máximo Kirchner prácticamente instó al primer mandatario a correrse “con humildad”.
En La Cámpora registran que, después de acelerar a fondo la campaña desde el comienzo del 2023, Alberto Fernández bajó los decibeles. No publicó más spots en modo candidato -las últimas dos piezas fueron difundidas en enero- y bajó el nivel de confrontación con la oposición y en la interna, a pesar de que le llueven las críticas del sector duro.
La indefinición de Cristina Kirchner y de Sergio Massa, los otros fundadores del Frente de Todos (FdT) que también se perfilan como posibles candidatos, analizan en las oficinas que comulgan con la vicepresidenta, favorece a Alberto Fernández. “Hoy, el tiempo es el oxígeno de Alberto y de su eventual búsqueda de la reelección. Eligió un ostracismo forzado, que tiene una intencionalidad. Él sabe manejar los tiempos”, deslizó un armador k, en el mismo sentido.
En la Casa Rosada, es cierto, mantienen la indefinición. Hace dos semanas que Alberto Fernández parece haberse corrido, en público, de la arena de la discusión electoral. En cambio, se dedica a hablar o accionar en temas vinculados estrictamente de la gestión.