Reunión a solas entre Macri y Bullrich: de qué hablaron

Reunión a solas entre Macri y Bullrich: de qué hablaron

Los dos dirigentes conversaron el jueves en las oficinas del expresidente en Olivos.


El expresidente Mauricio Macri se reunió el jueves con Patricia Bullrich en sus oficinas de Olivos. Desde que volvió de Europa, Macri se reunió primero con María Eugenia Vidal y luego con Horacio Rodríguez Larreta.

El expresidente le anticipó el sábado pasado a la jefa del Pro su renunciamiento electoral, un día antes de anunciarlo en las redes, aunque ya se lo había sugerido cuando conversaron en enero último en Cumelén, Villa La Angostura.

Para Bullrich, como para Rodríguez Larreta, el paso al costado de Macri representó un alivio. En cada contacto con empresarios o personalidad influyente que mantenían, la pregunta a los presidenciables del Pro era recurrente: “¿Mauricio se presenta o no?”. Si se hubiera lanzado a disputar la presidencia de la Nación, la tensión que habría generado su figura podría haber causado una ruptura en el Pro y en Juntos por el Cambio (JxC). La jefa partidaria valora doblemente el gesto: está segura de que los votantes de Macri se inclinarán en forma masiva por ella y no por el jefe de Gobierno en las PASO.

El renunciamiento macrista permitió que la charla del jueves entre ambos fuera más distendida, según admiten colaboradores de los dos. En la reunión repasaron las internas del Pro más duras, que son la porteña y la bonaerense, pero también analizaron las chances electorales en distritos donde hubo conflictos, como Salta y Tierra del Fuego.

Macri consideró ante la jefa partidaria que esas situaciones, con enfrentamientos entre dirigentes locales al calor de la disputa Larreta-Bullrich, constituyen “puntos límite”.

La puja del Pro con la UCR en algunas provincias y, sobre todo, en CABA con Martín Lousteau, el candidato radical a jefe de Gobierno, hizo que Macri insistiera ante Bullrich en sus resquemores por la actitud del partido que dirige Gerardo Morales.

Para el exjefe del Estado, el radicalismo se maneja con “reflejos antiguos y corporativos”. La titular del Pro le recordó que hay dirigentes del centenario partido que son “distintos” (mencionó, por ejemplo, a Alfredo Cornejo).

En otra muestra de la fuerte influencia que quiere ejercer, pese a su apartamiento de la competencia electoral, el expresidente le hizo observaciones a la exministra de Seguridad acerca de algunas opiniones que había dado sobre temas económicos. “Tenés que ser más ordenada”, le aconsejó.

Con Bullrich, además, intercambiaron opiniones acerca de cómo impulsar la renovación y el fortalecimiento del Pro en todo el país a partir del 10 de diciembre, cuando, convencidos de un triunfo de Juntos por el Cambio (JxC) en las urnas, el desafío será que el partido mejore una organización interna que hoy es frágil. Coincidieron en que ese paso contribuirá a robustecer la coalición y la gestión gubernamental.

El expresidente está operando de manera activa para que las máximas candidaturas del Pro tengan el sello de su participación. Está obsesionado con la Ciudad de Buenos Aires y sigue sin entender la postura de Larreta, que retacea el apoyo a su primo como único postulante del partido.

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