El plan Potenciar Trabajo -el mayor programa asistencial del Ministerio de Desarrollo Social- está en manos del secretario de la Economía Social, Emilio Pérsico, uno de los líderes del Movimiento Evita.
“En Argentina, el gasto en Seguridad Social aumenta de forma progresiva y continua desde 2007, independientemente del contexto económico y de la gestión de gobierno”, se afirma en una puntillosa investigación realizada por la Fundación Éforo.
El trabajo técnico, basado en información oficial, destaca que el crecimiento de los recursos públicos asignados a la Seguridad Social “es menor que el número de personas beneficiadas”. Es decir que “una persona recibe más de un beneficio para compensar el escaso valor monetario real de estas transferencias”. El Estado argentino gasta la mitad de su presupuesto en la Seguridad Social.
Entre el 25 de mayo de 2003 y el 10 de diciembre de 2007, durante la presidencia de Néstor Kirchner, los planes asistenciales no dejaron de caer. Su inversión llegó a ser menor al 0,1% del Producto Bruto Interno (PBI) del país. En la actualidad, los planes sociales trepan al 0,6% del PBI en manos de piqueteros oficialistas y de izquierda.
Cristina Fernández de Kirchner, que venía manteniendo la cantidad de planes sociales, comenzó a aumentarlos a partir de la crisis económica generada entre 2008-2009 debido al colapso de la burbuja inmobiliaria en los Estados Unidos. En 2010 los duplicó. Treparon a poco más del 0,2% del PBI y bajaron al 0,12% al final de su segundo mandato, en diciembre de 2015.
A partir de la llegada de Mauricio Macri a la Casa Rosada, entre el 10 de diciembre 2015 y 10 de diciembre de 2019, los planes se aceleraron al ritmo de los reclamos que los entonces piqueteros opositores del Movimiento Evita, junto a los de izquierda del Polo Obrero.
En 2019, después de perder las elecciones presidenciales contra Alberto Fernández, la inversión en ayuda social trepó al 0,22% del PBI, es decir que el gobierno de Cambiemos duplicó los planes del kirchnerismo, a pesar de las críticas que durante la campaña electoral había realizado Macri.
El incremento de esta ayuda extraordinaria fue por presión de diversos movimientos sociales, como el Evita, Barrios de Pie, el MTE, el Polo Obrero e iba de la mano al ascenso de la perdida de empleos, pobreza e indigencia: Esta situación ya no se revirtió, al contrario, continuó en aumento.
Alberto Fernández decidió compartir su gobierno con los piqueteros oficialistas. Los nombró en cargos claves de ministerios como Desarrollo Social, Infraestructura y Jefatura de Gabinete, entre otros.
Pérsico quedó a cargo de la Secretaría de Economía Social y, desde allí, este año maneja un presupuesto récord de casi 600 mil millones de pesos. Es él quien administra el Potenciar Trabajo.
Con Fernández, -pandemia mediante- los panes sociales pasaron del 0,3% del PBI durante el gobierno de Macri al actual 0,6%, es decir el doble, y más del 500% de incremento en comparación con el primer mandato de CFK.
Las conclusiones de la Fundación Éforo son reveladoras y parecen remarcar el fracaso de la ayuda social desde que fueron “tercerizados”, en palabras de la vicepresidenta a las organizaciones sociales oficialistas. “Cada año hay que distribuir las transferencias entre más personas”, señala y refuerza: “Si bien se asignan cada vez más recursos públicos a la Seguridad Social, la necesidad de otorgar más beneficios afecta al valor monetario que estos representan en la vida cotidiana”.
La investigación explica: “Las políticas de Seguridad Social no están condicionadas estrictamente por los ciclos virtuosos de la economía, como tampoco por sus procesos de crisis. Vemos que tanto en momentos de expansión (2007-2011) como de contracción económica (2019-2020) existe una tendencia incremental y sostenida de la participación de las políticas de Seguridad Social sobre el total del PBI”.